Este Real Madrid no tiene defensa. Ni literal ni figuradamente. Ancelotti tiene un problema de dimensiones colosales en la zaga justo en el momento crítico de la temporada. El italiano se jugará la temporada, y su futuro, con un equipo absolutamente desestructurado atrás por las lesiones y la mala planificación deportiva de Florentino y sus asesores. Ha sido abandonado por los despachos a su suerte y con los mimbres que tiene tarea imposible que compita por los títulos grandes. La pegada salvó esta vez a un Madrid que tiene mucho trabajo para sacar adelante lo que se le viene encima.
El Real Madrid desembarcó en Leganés para afrontar un compromiso de Copa atravesado en medio del calendario de los de Ancelotti, que el sábado se jugarán el liderato en el derbi en el Bernabéu y el martes la vida en Manchester ante el City. Y todo con una defensa en cuadro, sin Carvajal, Militao, Rudiger ni Alaba. Y sin refuerzos en enero.
Jacobo y Asencio, retratados
Ante esta tesitura Carletto hizo un once pensando en el Atlético, al tiempo que daba un toque de atención a Florentino evidenciando el desequilibrio de la plantilla blanca y señalando a un Vallejo sentenciado. El italiano alineó probablemente el once menos titular de su etapa como entrenador merengue con Lunin; Valverde, Asencio, Jacobo Ramón, Mendy; Modric, Tchouameni; Brahim, Arda Güler, Rodrygo; y Endrick. Apenas dos titulares (Valverde y Rodrygo) para medirse al ‘matagigantes’ de Borja Jiménez, que también movió el armario y dejó fuera a Dimitrovic, Miguel y Raba, porque el fin de semana se mide al Valencia en un partido que es de Champìons para los ‘pepineros’.
Un minuto tardó el Leganés en retratar a los dos centrales canteranos del Madrid, con una jugada entre Diego García y Juan Cruz que salió lamiendo el palo de Lunin. Y solo tres minutos después el ucraniano sacó una mano decisiva a disparo de Óscar a balón parado. Si Guardiola estaba viendo el partido se andaría frotando las manos porque este Madrid no tiene defensa.
Trece minutos pasaron hasta que se registró el primer disparo blanco, de Endrick, con gran parada de Soriano. Y en la segunda ocasión llegó el tanto por medio de Modric que finalizó una jugada de Rodrygo, quien ha robado la izquierda a Vinicius. El brasileño sirvió a la llegada del croata, que adelantó al Madrid maquillando las atragantadas de su defensa. Jacobo sufría al salir de su zona de confort y Asencio perdía todos los duelos aéreos. No tuvo que pasar mucho tiempo para que el Madrid marcase el segundo, en el minuto 25, tras una jugada de Brahim que Tapia tocó en el área y Endrick rebañó a gol. Las defensas se deshacían ante los ataques y en ese escenario la pegada blanca desequilibraba el choque.
El Leganés resucita el partido
Pero no tiró la toalla el Leganés y en el minuto 37 otra pared de Juan Cruz y Óscar terminó con disparo del primero que cortó Jacobo Ramón con la mano. Penalti que transformó Juan Cruz encendiendo el ambiente gélido de Butarque. El argentino, además de marcar, estaba dejando en mal lugar a un Valverde desorientado en el lateral. Ancelotti tenía mucho que aclarar en el descanso porque el equipo era un despropósito defensivo.
Entró Vinicius por Rodrygo y dispuso el brasileño de dos ocasiones en los primeros cinco minutos, una con un disparo raso y otra con un remate alto en un córner. Necesita reivindicarse porque su compatriota le ha ganado el sitio y con Rodrygo el equipo está mucho más templado en el campo a no haber escaramuzas ni refriegas con Vini de por medio. Pudo abrir brecha Endrick, en un fallo clamoroso de cabeza, pero fue el Leganés que mandó a la lona al Madrid. La enésima pared de Juan Cruz con Óscar terminó con disparo del de Quilmes, la pelota pegó en Mendy y el balón terminó en la red de Lunin. La defensa de papel del Madrid permitía resucitar a los ‘pepineros’ y la grada empezaba a creer en el milagro.
Gonzalo, al rescate
El Real Madrid era una calamidad defensiva. Tchouameni estaba perdido en el mediocentro persiguiendo sombras, Mendy regalaba todos los balones y los centrales temblaban con cada balón a Diego González, Se encomendaban los blancos a su pegada en ataque, conscientes de que atrás la vía de agua podía provocar un naufragio. Carletto sacaba a Ceballos por Arda y Borja ponía toda la carne en el asador con Raba y Miguel de la Fuente. Ancelotti terminó abroncando a un Vinicius que se perdió en sus guerras particulares, lo que le costó una amarilla. Y no fue el único, porque Modric le reprochó su falta de solidaridad a la hora de bajar a defender. El brasileño es un problema más que una solución desde que perdió el Balón de Oro. No fue lo único que perdió.
Y entonces apareció otro canterano, Gonzalo, para marcar el tanto decisivo. Doble recorte de Brahim y centro que cabeceó Gonzalo a la red. La pegada de los blancos evitó un naufragio estrepitoso, pero no maquilló un encuentro lastimoso que deja muchas dudas.