El hecho de que la escalada no se encuentre limitada a las zonas de montaña, al haberse convertido en una modalidad deportiva abierta a cualquier espacio y localidad, gracias a la apertura de rocódromos en la ciudad, ha impulsado de forma considerable la práctica del deporte. Por eso es importante ser conscientes de que para realizar la actividad de forma correcta es necesario conocimiento y preparación.
La escalada es un deporte que nos permite vivir experiencias increíbles y que pone a prueba tanto el cuerpo como la mente. También hay que recordar que se trata de una actividad accesible para todos, pero para disfrutarla de manera segura y reducir las lesiones resulta interesante mejorar progresivamente tanto la técnica como la forma física. De esta forma, se pueden evitar sobrecargas, resbalones u otras lesiones comunes, como las que veremos a continuación.
Lesiones más comunes en escalada
Al tener un papel clave en la práctica de la escalada, las extremidades superiores representan la gran mayoría de las lesiones relacionadas con el deporte, seguidas por los dedos y los codos.
Entre las lesiones más habituales se encuentran:
Rotura del tendón flexor de la mano, que conecta los músculos con los huesos, permitiendo doblar y extender los dedos de la mano. Si existe una rotura total, será necesaria una intervención quirúrgica.
Rotura de la polea A2, que mantiene los tendones flexores pegados al hueso. En caso de rotura parcial, simplemente será necesario inmovilizar el dedo durante una o dos semanas, y en caso de rotura total, habrá que intervenir quirúrgicamente.
Epicondilitis o codo de tenista. Una de las lesiones más comunes, producida cuando la inserción de los músculos extensores de muñeca y dedos se inflama. Puede tener su origen en un gesto brusco, pero normalmente se produce después de la repetición continuada de un mismo movimiento. Provoca dolor en la cara externa del codo, que puede irradiarse al antebrazo, y dificultad para extender la muñeca o sujetar objetos con fuerza.
Distensión en el ligamento colateral. Aunque puede darse en cualquier dedo, resulta más común en el tercero y el cuarto. Se produce por sobrecarga o desgarro en la zona, y la intensidad del dolor, al igual que el tiempo de recuperación y el tratamiento a aplicar, dependerán de la gravedad de la lesión.
Epitrocleitis o codo de golfista. Otra de las lesiones más típicas en escaladores, causada por la inflamación de la inserción de los músculos flexores de la muñeca y los dedos en la cara interna del codo, como consecuencia de sobrecarga o movimientos repetitivos. Produce dificultad para tareas habituales como levantar peso o dar la mano.
Para evitar todas estas lesiones, resulta fundamental la preparación teórica y práctica, así como calentar antes de cada entrenamiento y estirar después de escalar.
Tratamiento de las lesiones
Los tratamientos siempre van a depender del tipo de molestia y de la intensidad de la misma. Lo primordial es acudir a un especialista, si existen indicios de lesión, y que el mismo valore la gravedad de la situación.
En cualquier caso, y aunque existan variaciones, es muy posible que los tratamientos incluyan frío local en la lesión, consumo de antiinflamatorios, para aliviar el dolor y bajar la inflamación, y reposo, que oscila entre 10-15 días en los casos leves y más de un mes en los graves o en los que requieren intervención. Por último, está el empleo de órtesis, que permite inmovilizar la zona para recuperarse de una lesión, pero también para volver a los entrenamientos de una forma segura, ya que tienen como objetivo disminuir la fatiga, mejorar el rendimiento y prevenir las lesiones más comunes de la escalada.
No hay que olvidar el papel clave que pueden desempeñar los fisioterapeutas en los distintos tratamientos de las lesiones.