La guerra en Ucrania ha impulsado a varios países de la OTAN a adquirir cazas furtivos F-35 para modernizar sus fuerzas aéreas y mejorar sus capacidades de defensa.
La guerra en Ucrania reconfigura las estrategias de defensa en Europa
A pesar de que los cazas furtivos F-35 estadounidenses no han participado en combate en Ucrania, la experiencia de la guerra ha revelado las limitaciones de las flotas de aviones de cuarta generación que poseen muchas naciones de la OTAN. El F-35 se ha posicionado como el caza más solicitado, ya que los países consideran crucial contar con tecnología avanzada para operar en espacios aéreos disputados.
Desde la invasión rusa a gran escala en febrero de 2022, el entorno de seguridad en Ucrania ha cambiado drásticamente. La OTAN ha dado la bienvenida a Finlandia y Suecia como nuevos miembros y ha visto la mayor inversión en defensa desde la Guerra Fría. Como resultado, el caza F-35 de Lockheed Martin se ha convertido en un gran beneficiario de este aumento en el gasto militar.
Varios países han firmado importantes acuerdos con Estados Unidos para adquirir estos aviones. El interés en esta plataforma se debe a las lecciones aprendidas en la guerra en Ucrania, donde los aviones más antiguos han enfrentado serias dificultades para operar frente a modernas defensas aéreas.
Datos clave sobre la expansión del programa F-35 en Europa
- Alemania ordenó 35 F-35 en diciembre de 2022 para reemplazar su flota de Tornado, esenciales en la misión nuclear de la OTAN.
- Polonia, tras adquirir 32 cazas en 2020, ha incrementado su presupuesto de defensa y recibió en 2024 un préstamo militar de 2.000 millones de dólares para fortalecer su fuerza aérea.
- Rumanía, en septiembre de 2024, obtuvo la aprobación para comprar 32 F-35 en un acuerdo valorado en 7.200 millones de dólares.
- Los Países Bajos anunciaron la expansión de su flota de F-35 en 2024, como parte de un aumento en el gasto militar.
Alemania y Polonia impulsan la modernización aérea en la OTAN
Ante el nuevo panorama de seguridad, Alemania fue de los primeros en responder al finalizar un pedido de 35 F-35A. Estos aviones reemplazarán a la antigua flota Tornado, que actualmente es la única capaz de portar armas nucleares estadounidenses bajo acuerdos de la OTAN.
Por su parte, Polonia ha adoptado una postura similar. Tras adquirir 32 F-35 en 2020, Varsovia ha intensificado sus esfuerzos por modernizar su ejército. En 2024, recibió un préstamo de 2.000 millones de dólares de Estados Unidos para financiar nuevas compras de estos cazas y otros sistemas avanzados.
Rumanía y los Países Bajos fortalecen sus capacidades aéreas
Rumanía también ha tomado medidas para modernizar sus fuerzas armadas. En septiembre de 2024, Estados Unidos aprobó la posible venta de 32 cazas F-35, como parte de un esfuerzo para renovar su flota y mejorar la integración con las operaciones aéreas de la OTAN.
Mientras tanto, los Países Bajos, que llevan tiempo operando con aviones F-35, anunciaron planes de expansión en 2024. Este movimiento busca cumplir los compromisos de gasto de la OTAN y garantizar la superioridad aérea frente a amenazas emergentes.
El programa F-35, clave para la interoperabilidad en la OTAN
La creciente demanda por el F-35 refleja un cambio estratégico en Europa. La guerra en Ucrania ha demostrado la importancia de mantener capacidades militares avanzadas como medida de disuasión. Esto ha llevado a muchos países a abandonar la idea de un “dividendo de paz” y a priorizar la defensa.
El F-35, con sus capacidades furtivas y avanzados sistemas de sensores, se ha convertido en el único caza de quinta generación disponible para exportación, encajando con las metas de interoperabilidad de la OTAN.
Entre las múltiples lecciones de la guerra en Ucrania, una de las más claras es que la preparación es crucial para evitar agresiones en el futuro.