El Valencia se tomó el mercado de invierno como uno más. Y eso es una negligencia deportiva teniendo en cuenta la crítica situación del equipo en puestos de descenso a segunda división. La peor primera vuelta de la historia del club exigía un esfuerzo por parte de la propiedad, pero ni aún así hubo reacción. Ni Peter Lim invirtió para solucionar los carencias de la plantilla ni Miguel Ángel Corona cerró refuerzos que ofrezcan garantías reales de cara a la segunda mitad de la temporada. El club cerró anoche la ventana de enero sin rastro de la revolución que tanto necesitaba el equipo. Ninguna de las tres cesiones asegura rendimiento inmediato. Ni siquiera experiencia en LaLiga. Solo Umar Sadiq conoce el fútbol español. El problema es que el delantero genera dudas por su rodilla operada y no mejora a Hugo Duro. Max Aarons de momento no le quita el puesto a Dimitri Foulquier y el joven Iván Jaime es una incógnita tras su paso atrás en el Oporto. Los tres fichajes no elevan el nivel competitivo ni solucionan los problemas estructurales de falta de calidad y oficio de la plantilla en todas sus líneas. Lo más grave es que el club cerró el mercado con una ficha libre por la salida de Dani Gómez al Zaragoza y con margen de fair play suficiente para acometer otra operación. Delito.
Carlos Corberán tendrá que luchar por la permanencia con las herramientas que dispone en la actual plantilla. No le queda otra. El técnico confió hasta el último momento en el trabajo del club. Así lo manifestó públicamente durante las últimas semanas. Sin embargo, el único refuerzo ha sido Iván Jaime. El Valencia cerró el fichaje del mediapunta del Oporto sobre la bocina. El malagueño llegó en calidad de cedido hasta el 30 de junio con una opción de compra de alrededor de 7 millones de euros. Corona se vio obligado a reactivar la opción después de las operaciones frustradas de Suso, Julio Enciso y Eljif Elmas. Iván Jaime es un viejo conocido de la secretaría técnica. Corona ya intentó ficharlo en verano de 2023 antes de ser traspasado por el Famalicao al club portugués. Su falta de minutos esta temporada ha facilitado su salida.
El Valencia cerró las incorporaciones de Umar Sadiq y Max Aarons durante las primeras semanas del mercado de enero. El primero fue el delantero. El club acordó la cesión del futbolista de la Real Sociedad hasta el 30 de junio con una opción de compra de alrededor de 10 millones de euros. El nigeriano, que todavía no ha sido titular en LaLiga, ha sembrado dudas a su llegada por el estado físico de su rodilla derecha operada en 2022. El jugador, de hecho, ya ha tenido que desplazarse a San Sebastián para someterse a una revisión médica de urgencia. Hugo Duro está por delante en ataque.
Max Aarons
Tampoco ha jugado de inicio Max Aarons hasta ahora. El lateral derecho, el elegido por al dirección deportiva para sustituir al lesionado Thierry Rendall, ha sido suplente de Dimitri Foulquier en sus tres primeros partidos contra la Real (0’), Barcelona (30’) y Celta (0’). El inglés llegó también cedido por el Bournemouth hasta final de temporada con una opción de compra de alrededor de 9 millones.
Las salidas
El Valencia, por su parte, se deshizo de tres ‘refuerzos’ de verano que no entraban en los planes del entrenador: Maximiliano Caufriez, Germán Valera y Dani Gómez. Una prueba más del negligente mercado de verano de Corona que ha llevado al equipo a puestos de descenso. El club cortó la cesión de Caufriez (solo 90’) con el Clermont. El central belga acabará el curso cedido en el RB Salzburgo. Germán Valera, por su parte, se marcha cedido al Elche hasta junio con una opción de compra de 100.000 euros. El club ilicitano ya tuvo acordado su llegada en verano antes de la aparición a la desesperada del Valencia. También salió Dani Gómez con destino a LaLiga Hypermotion. El delantero, cedido por el Levante, se desvinculó del Valencia para cerrar su traspaso al Zaragoza.
Hubo ‘Caso Mir’
También hubo ‘caso Rafa Mir’ aunque sin salida. La Fiorentina presentó dos ofertas a última hora, pero la operación no llegó a cerrarse por tiempo. Además, Alberto Marí intentó romper sin suerte su cesión fallida en el Zaragoza para salir al Málaga. Hugo González, por su parte, se desvinculó del Cartagena para acabar la temporada cedido en el Celta B.