El aminoramiento de los tiempos de trabajo para ganar tiempo de vida avanza. Después de un enganchón entre las dos partes de la coalición de gobierno, que amenazó con tumbar una de las promesas estrella contemplada en el acuerdo de legislatura, la reducción de la jornada laboral hasta las 37,5 horas sin merma salarial llega este martes al Consejo de Ministros para ser aprobada como anteproyecto de ley y comenzar su andadura parlamentaria, donde previsiblemente se encontrará una férrea oposición de las derechas, ubicadas con las organizaciones empresariales.
“Yo misma he incorporado en el orden del día (del Consejo de Ministros) el debate más importante de la legislatura, el de la reducción del tiempo de trabajo media hora al día para ganar tiempo para la vida, mejorar la productividad, subir los salarios y modernizar España”, ha confirmado este lunes la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, desde Bruselas, donde se ha reunido con director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert Houngbo, y ha participado en un panel de esta institución.
El Ejecutivo se lo juega todo a la carta de Junts per Catalunya, muy condicionada por la patronal catalana (Foment del Treball), y los mismos siete escaños que hicieron caer recientemente el decreto ómnibus. Sin embargo, confían en que el nuevo talante que días después les llevó a alcanzar un acuerdo se mantenga para sacar adelante una medida que el Partido Popular (PP) y Vox no parecen por la labor de apoyar y que requiere de todos y cada uno de los socios que mantuvieron a Pedro Sánchez en la Moncloa.
“El siguiente paso es la negociación parlamentaria, donde yo creo, y soy optimista, que hay espacio para llegar a un acuerdo que mantenga la ambición del texto que pasa mañana por el Consejo de Ministros, para llegar lo antes posible a esa reducción efectiva de la jornada laboral a las 37 horas y media», ha trasladado este lunes el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, que ha confirmado que se respetará el texto firmado por los sindicatos (UGT y CCOO) y el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Palabras importantes de uno de los dos protagonistas de la guerra que se abrió en el Gobierno por esta medida. Al otro lado, la rubricante del acuerdo y vicepresidenta segunda espera poder aprobar la política con la máxima celeridad posible, buscando que todas las empresas cuyo convenio no obliga a una jornada de 37,5 horas o inferior la apliquen antes de finalizar el año. No obstante, los tiempos de tramitación y la compleja negociación que se dará amenazan con alargar el momento de aplicación, si es que este llega.
“Es un debate sobre la vida, sobre cómo queremos vivir en sociedad. Este acuerdo cuenta con el apoyo mayoritario de la ciudadanía y responde a una necesidad social ampliamente reconocida”, ha trasladado Díaz en más de una ocasión, segura de que esto podría empujar al PP a, por lo menos, abstenerse. “Da igual lo que vote cada persona. Apoyarlo, por tanto, es estar del lado de la gente trabajadora, de sus familias y de un futuro mejor para todos”, añadía en el momento de la firma pública con las organizaciones sindicales.
No obstante, y pese a que la titular de la cartera de Trabajo considera que no existe un debate real entre la ciudadanía por la reducción de la jornada, al considerar que una amplia mayoría está a favor; la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) no opina lo mismo. Los de Antonio Garamendi se desmarcaron después de once meses de participación errática en la mesa de negociación y ahora utilizan su influencia para intentar tumbar una reforma con la que consideran que el Gobierno se inmiscuye en el diálogo social.
Las ayudas para las pymes y otras medidas que en su momento Díaz ofreció a las patronales y actualmente siguen siendo defendidas por Cuerpo podrían ser el camino para convencer a algunas de las formaciones políticas reticentes a reducir el tiempo de trabajo de millones de asalariados. Si las contraposiciones serán otras y más rocambolescas, algo nunca descartable cuando los independentistas catalanes están en la negociación, está por ver. El tiempo de los negociadores comienza este martes y en juego está media hora más de vida al día.
Otras medidas contempladas en el acuerdo
Además de la propia reducción, el acuerdo incluye también modificaciones en el registro de jornada, obligando a la empresa deberá contar con un registro diario de jornada “digital objetivo, fiable y accesible”, que permita garantizar el cumplimiento efectivo de los nuevos tiempos definidos y ser accesible para la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y para la representación de las personas trabajadoras. Así, el Ejecutivo espera poder garantizar la correcta aplicación del aminoramiento de los tiempos y supervisar más fácilmente otras infracciones laborales habituales.
El endurecimiento del régimen sancionador, contando una infracción para la empresa por cada trabajador sin registro o con datos falseados en vez de una conjunta y el derecho “irrenunciable” a la desconexión digital fuera del horario laboral, sin que esta pueda tener consecuencias negativas por parte de la empresa, también se recogen en el texto. Es decir, de aprobarse la media sin cambios en el Congreso de los Diputados también se acabarían los registros en papel y las comunicaciones con los trabajadores más allá de su jornada laboral.