La directora de Fútbol Femenino, Ana Álvarez Mesas, declaró en la Audiencia Nacional que el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, le dio «una fuerte reprimenda» por no haber hablado con la jugadora Jenni Hermoso en relación con el beso que le había dado durante la recogida de las medallas que recibiendo como campeonas del mundo.
Al ser preguntada sobre cómo bajó Hermoso del autobús en el que viajaba al aeropuerto para regresar a España, si lo hizo de forma precipitada, la testigo ha asegurado que no lo sabía, pues “en el momento en el que para el autobús también recibo una fuerte reprimenda del presidente porque no he hablado con Jenni Hermoso». «Yo estaba en ese impasse, ahora lo vemos en el aeropuerto, no sabemos nada la jefa de prensa, y todo lo que sucede atrás abruptamente no puedo decirle si sí o si no”, agregó.
Al bajar del autobús, los responsables de prensa le mostraron el comunicado que habían preparado para reaccionar al beso en su nombre. En este punto tenía mucho que decir la siguiente testigo: Patricia Pérez Requena, encargada de prensa, señaló que parecía que ya habían hablado con Jenni, porque cuando bajó del autobús, parece cansada con signos de hartazgo y lo despachó con un «haced lo que queráis».
Álvarez Mesas explicó también que durante el vuelo en un momento que se desplazó a la parte de atrás del avión, Jenni Hermoso se le acercó para hablar con ella y le «trasladó que estaba realmente agitada, porque había hablado con el presidente y le habían pedido realizar un vídeo para quitar hierro al asunto y le había dicho que no, que no quería hacerlo». La testigo le pidió que «se tranquilizara, que era campeona del mundo, que fuera consciente de eso y que hiciera lo que quisiera hacer«.