El funeral de Hassan Nasrallah, exlíder de Hezbolá, tendrá lugar el 23 de febrero, según informó el domingo el actual jefe del grupo, meses después de que su predecesor falleciera en un ataque aéreo israelí.
El 27 de septiembre de 2024, un bombardeo israelí en los suburbios del sur de Beirut acabó con la vida de Nasrallah. En ese momento, Israel intensificaba su ofensiva contra el grupo respaldado por Irán tras casi un año de enfrentamientos en la frontera.
El asesinato del carismático líder, quien dirigió la organización durante décadas, generó un fuerte impacto tanto en el Líbano como en la región.
«Las condiciones de seguridad no permitieron llevar a cabo un funeral» durante los dos meses de guerra, que concluyeron con un alto el fuego el 27 de noviembre, explicó Naim Qassem en un discurso televisado el domingo. Por este motivo, Hezbolá ha decidido organizar «un gran funeral público» para Nasrallah el 23 de febrero.
«Esperamos que sea un homenaje masivo a la altura de su importancia», añadió.
Desde el fin del alto el fuego de 60 días con Israel, el 26 de enero, Hezbolá había señalado que el entierro de Nasrallah se realizaría cuando concluyera ese periodo. Sin embargo, la fecha límite para la retirada de las FDI se extendió hasta el 18 de febrero, luego de que Estados Unidos y el Líbano evaluaran que el despliegue del ejército libanés en la región avanzaba lentamente.
Por primera vez, Qassem confirmó que Hashem Safieddine fue elegido para suceder a Nasrallah antes de morir en otro ataque israelí en octubre.
«Como secretario general, Safieddine será enterrado con ese título», indicó, agregando que «habíamos elegido a Su Eminencia Sayyed Hashem como líder, pero fue martirizado el 3 de octubre, poco antes de anunciar su nombramiento».
El funeral de Safieddine se llevará a cabo el mismo día que el de Nasrallah. Considerado el candidato más probable para encabezar Hezbolá, era un clérigo con fuertes lazos familiares con Nasrallah.
El entierro de Nasrallah se realizará en las afueras de Beirut, en un terreno ubicado entre la antigua y la nueva carretera del aeropuerto. Por su parte, Safieddine será sepultado en su ciudad natal de Deir Qanun, en el sur del Líbano.
Debido a razones de seguridad, el cuerpo de Nasrallah fue enterrado temporalmente en otro lugar, señaló Qassem. En la tradición chiíta, esta práctica se permite cuando las circunstancias impiden un funeral inmediato o cuando el muerto no puede ser sepultado en el lugar deseado.
Una fuente cercana a Hezbolá informó a AFP en octubre que el cuerpo de Nasrallah fue trasladado a un sitio secreto, ante el temor de que Israel atacara un funeral masivo.
En su intervención del domingo, Qassem instó a las autoridades libanesas a exigir a Israel que respete el alto el fuego.
«La responsabilidad del Estado libanés es supervisar, presionar y hacer todo lo posible, mediante patrocinadores e influencia internacional, para impedir estas violaciones y agresiones israelíes», afirmó.
A pesar de esto, Hezbolá adoptará una postura de espera y permitirá que el gobierno libanés asuma su papel, aseguró Qassem.
En su discurso, también admitió que el grupo no alcanzó una «victoria absoluta», aunque sí logró avances y enfrentó retrocesos. Su mayor logro, subrayó, fue demostrar la resistencia del movimiento y la imposibilidad de Israel de doblegarlo.
Qassem elogió además a los habitantes del sur del Líbano que han regresado a sus hogares, destacando que su retorno simboliza una «liberación popular».
Las FDI, sin embargo, han advertido a la población libanesa que no vuelva a las aldeas del sur hasta que se emita una autorización oficial.