Alejada de las polémicas y llevando su vida privada con discreción, Rosario Mohedano ha conseguido crear la familia que siempre había soñado y… lo más importante para ella, seguir trabajando en su pasión, la música. Eso sí, cada vez que atiende a la prensa es inevitable no hacerle preguntas sobre las incógnitas que siguen sin resolverse en su familia.
«Ahora mismo estamos en estudio. He producido un par de canciones más, que este año verán la luz y la verdad es que estoy muy contenta, porque además Sevilla me da muchísima inspiración», nos comenzaba diciendo la artista.
Rosario aprovechaba este fin de semana para estar en SIMOF, algo que suele hacer siempre que puede «para empaparme de arte». Feliz de esta experiencia, no podía ocultar lo bien que se lo estaba pasando: «Lo estoy disfrutando al máximo».
Eso sí, cuando le preguntaban por la situación que atraviesa su padre, Amador Mohedano, con la casa de Chipiona que heredó de su hermana Rocío Jurado, el rostro le cambiaba: «Yo vengo a SIMOF a pasarlo bien, no vengo a dar ningún tipo de declaraciones referente a cosas que a mí, aunque sea mi padre, no me concierne. Tiene que ser él el que hable de sus asuntos».
Lo que sí quiso aclarar la sobrina de Rocío Jurado es que, lejos de lo que se ha publicado, su progenitor «gracias a Dios está bien, teniendo salud está bien».