India ha logrado duplicar su población de tigres en poco más de una década al proteger a estos grandes felinos de la caza furtiva y la pérdida de sus hábitats, garantizar que tengan suficientes presas y mejorar la convivencia con los humanos, según un estudio publicado en la revista Science.
El número de tigres aumentó desde los 1.706 ejemplares contabilizados en 2010 a los 3.682 en 2022, según estimaciones de la Autoridad Nacional de Conservación del Tigre, lo que convierte a la India en el hogar de aproximadamente el 75% de la población mundial de tigres.
Las comunidades humanas también se han beneficiado
El mismo estudio comprobó que algunas poblaciones humanas cercanas a los hábitats de los tigres también se han beneficiado de la recuperación de esta especie, debido a una mayor afluencia de visitantes y los consiguientes ingresos generados por el ecoturismo.
El estudio afirma que el éxito de India «ofrece lecciones importantes para los países con áreas de distribución de tigres», ya que los planes de conservación pueden beneficiar tanto a la biodiversidad como a las comunidades humanas.
«La creencia común es que la densidad humana impide un aumento en las poblaciones de tigres», dijo Yadvendradev Jhala, científico de la Academia Nacional de Ciencias de la India con sede en Bengaluru y autor principal del estudio. «Lo que demuestra la investigación es que no es la densidad humana, sino la actitud de la gente, lo que importa».
Reparos al sistema empleado
Los conservacionistas de vida silvestre y los ecologistas han acogido con satisfacción el estudio, pero creen que tanto los tigres como otros animales salvajes de India podrían preservarse mejor si la totalidad de los datos obtenidos en el estudio estuvieran disponibles para todos los científicos. La investigación se basó en datos recopilados por instituciones apoyadas por el gobierno indio.
De hecho, Arjun Gopalaswamy, un ecologista con amplia experiencia en la estimación de la población de vida silvestre, señaló que los cálculos hechos por el programa oficial de monitorización de tigres de India han sido «caóticos» y «contradictorios».
Afirmó que algunas de las cifras del estudio son significativamente más altas que las estimaciones anteriores de la distribución de tigres a partir de los mismos conjuntos de datos. Pero agregó que los resultados parecen haber corregido una anomalía señalada repetidamente por los científicos desde 2011 y que estaba relacionada con el tamaño de la población de tigres y su distribución geográfica.
Una situación aún precaria
Los tigres desaparecieron en algunas zonas no declaradas parques nacionales, santuarios de vida silvestre u otras áreas protegidas, y en áreas que fueron objeto de una mayor urbanización, un mayor uso humano de los recursos forestales y una mayor frecuencia de conflictos armados, según el estudio. «Sin el apoyo y la participación de la comunidad y los beneficios comunitarios, la conservación no es posible en nuestro país», sostiene Jhala.
Los tigres están distribuidos en unos 138.200 kilómetros cuadrados en India, aproximadamente el tamaño del estado de Nueva York. Pero sólo el 25% de la zona es rica en presas y está protegida, mientras que otro 45% de los hábitats de la especie son compartidos por aproximadamente 60 millones de personas, según el estudio.
Una fuerte legislación de protección de la vida silvestre es la «columna vertebral» de la conservación del tigre en la India, indicó Jhala. «El hábitat no es una limitación, es la calidad del hábitat lo que es una limitación», dijo.
El biólogo de vida silvestre Ravi Chellam, que no participó del estudio, consideró que, si bien los esfuerzos de conservación del tigre son prometedores, deben extenderse a otras especies para mantener mejor todo el ecosistema. «Hay varias especies, incluidas la avutarda india y el caracal, que están al borde de la extinción, y realmente no se les presta suficiente atención», añadió.