Milena Smit: Sí. A pesar de que en la novela y en la adaptación es el mismo personaje, hay una creación diferente, con mucha información que luego no estaba adaptada en el guion, así que decidimos que era mejor no hacerlo porque podía condicionar a la hora de interpretar a Miren. Y en esta segunda temporada nos hemos mantenido igual. Además, partiendo de la base de que también hay muchas otras cosas que se diferencian del libro, como la propia localización, porque la historia de la serie transcurre en Málaga [y no en Nueva York, como las novelas].
Miki Esparbé: Sí. Cuando hay adaptaciones de novelas pregunto siempre antes porque va un poco en función del equipo creativo y de dirección si quieren que te acerques al universo de los libros o si prefieren que te mantengas al margen por lo que decía Milena.
Milena Smit y Miki Esparbé, en ‘La chica de nieve: El juego del alma’ / NETFLIX
El personaje de Miren lleva una gran carga dramática y este año tiene unas secuencias muy duras. ¿Le afectan papeles así?
Milena Smit: He ido aprendiendo a crear los personajes desde otro lugar, porque para mí antes era muy complicado. Empecé en esta profesión sin formarme, casi que tropecé con este trabajo. Mi primera película fue ‘No matarás’ y, desde ahí, he tenido la gran suerte de ir encarando un rodaje detrás de otro. Eso me ha dado muy poco margen para adquirir unas herramientas, una técnica más firme a través de la formación actoral. Pero sí que sentía que necesitaba al menos protegerme de los personajes, porque muchas veces no conseguía no llevármelos a casa. Eso me hacía pasarlo muy mal y, sobre todo, vivir el rodaje desde un lugar que no es bonito, sobre todo cuando estás haciendo historias como esta, sobre una violación. Fue a raíz de este proyecto que empecé a trabajar con una ‘coach’ maravillosa, Yasmina Rincón. Tenemos que darle un lugar a esta figura que nos ayuda tanto dentro y fuera del rodaje. A mí me ha ayudado a poner el foco en comunicarme mucho mejor a través de las emociones del personaje en vez de en las mías propias, lo que era bastante más autodestructivo y jugaba en contra de mi salud mental.
En esta temporada, además, tiene complicadas escenas físicas que tuvo que rodar justo después de una operación.
Milena Smit: Sí, tres meses antes de empezar el rodaje me habían operado de siete vértebras. Y esta temporada la trama es también muy dura físicamente, sobre todo el último capítulo. El principio de ese episodio fue de lo primero que rodamos y ahí estaba todavía muy latente mi operación. Fue más llevadero gracias al equipo, que me lo puso fácil.
Hay un tercer libro de la saga, ‘La grieta del silencio’, aunque todavía no se ha confirmado la adaptación. ¿Le han quedado ganas de volver a encarnar a Miren?
Milena Smit: Estoy esperando que llegue la llamada, ojalá. Para eso necesitamos que la gente vea esta segunda temporada. Para mí sería un placer poder cerrar el ciclo.