- Criterios no arbitrarios
- No existen normas precisas
- Respetar la experiencia y cualificación
- Puestos de alta responsabilidad
- Condiciones precarias
- Los ceses de Croacia y Bélgica
- Un proceso gripal
- Un amigo del ministro
La Junta Directiva de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), que agrupa a más del 60 por ciento de los funcionarios de la Carrera Diplomática, ha remitido una carta al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en la que dejan entrever su malestar por la arbitrariedad en el nombramiento de nuevos embajadores.
Aunque la ADE es consciente de que la designación de embajadores compete al Consejo de Ministros, en su carta, a la que tuvo acceso Confidencial Digital, exponen al ministro que “el proceso de publicación de vacantes y de selección de candidatos debe ser previsible y transparente, con cumplimiento de plazos predeterminados”.
Criterios no arbitrarios
Manifiestan también que ese proceso “debe considerar, conforme a criterios objetivos y no arbitrarios, las peticiones de los candidatos, priorizando quienes presenten un perfil más adecuado para cada una de las vacantes”.
Subrayan que el proceso de selección que se viene aplicando en los últimos años “está lastrado por la inexistencia de un Reglamento actualizado que lo regule detalladamente”.
El Reglamento de la Carrera Diplomática fue aprobado cuando era ministro José Manuel García-Margallo, del PP, pero fue rechazado por la Justicia por un problema de procedimiento en su tramitación. Desde entonces, ha permanecido en el cajón de los sucesivos ministros, sin que aún haya visto la luz-
No existen normas precisas
Los diplomáticos denuncian en concreto: “No contamos con normas precisas en vigor sobre clasificación de las categorías de las misiones diplomáticas, duración previsible del desempeño del puesto, méritos concretos a evaluar para cada una de ellas, relieve que se da al desempeño previo de puestos directivos en el Ministerio, procedimiento de consulta y participación de los principales responsables del Ministerio en el proceso de selección de candidatos, elaboración de ternas de candidatos, o la realización de entrevistas para su selección, entre otros aspectos”.
La ADE, que desde hace menos de dos meses preside Alberto Virella, recuerda que los servicios diplomáticos de otros países, así como el Servicio Europeo de Acción Exterior y otras organizaciones internacionales, disponen de un sistema que regula los nombramientos con unos procedimientos “objetivos, transparente y pautados y en los que hay participación de una pluralidad de voces”.
Respetar la experiencia y cualificación
La Asociación valora que el proyecto de Ley de la Función Pública se proponga “incentivar el talento interno y garantizar la carrera profesional” de los funcionarios en función de su experiencia, desempeño y cualificación. Por ello, piden a Albares “como responsable que eres de las propuestas de nombramientos”, que los citados principios sean respetados para los diplomáticos.
Como informó ECD, en la última convocatoria del “embabombo”, nombre con el que se conoce en el argot diplomático el concurso para optar a ser embajador, más de una quincena de subdirectores generales y otros cargos de similar rango han visto frustradas sus esperanzas de acceder a una Jefatura de Misión.
Puestos de alta responsabilidad
Sin citar esa información, la ADE recuerda en su carta al ministro que “en la carrera de un funcionario diplomático, tiene un significado de promoción profesional muy relevante ser nombrado, por ejemplo, subdirector general en el Ministerio”.
Y enfatiza que se trata de puestos que conllevan una responsabilidad y carga de trabajo muy significativas, un esfuerzo de especialización y disponibilidad exigente -contando además con equipos humanos muy reducidos-, y que, por ello, “deberían ser, por la experiencia acumulada y tras una valoración objetiva del trabajo realizado, candidatos idóneos para proseguir su carrera sirviendo al Estado desde la responsabilidad de embajador”.
Condiciones precarias
“Lamentablemente -constata la carta- para un gran número de ellos, no sucede así año tras año. Lo mismo cabe decir de otros puestos, también de alto nivel de exigencia y desempeñados de modo eficaz en condiciones cada vez más precarias. En estos casos, la falta de progresión profesional supone una notable incoherencia con el propósito declarado de incentivar la carrera profesional de los funcionarios”.
La asociación puntualiza que no se pronuncia sobre la valía profesional de los candidatos seleccionados este año para ser embajadores, pero afirma que “las críticas al desarrollo de este proceso, y el sentimiento de frustración personal y profesional que algunos de nuestros asociados nos han hecho llegar por la ausencia de valoración objetiva de sus méritos no serían tales si existiera un procedimiento más reglado que el que existe en la actualidad”.
Por ello, finaliza insistiendo en la necesidad de que se apruebe sin mayores dilaciones el Reglamento de la Carrera Diplomática, tras subrayar la importancia de que los diplomáticos puedan desempeñar su carrera “en un ambiente laboral que incentive, motive y favorezca” el cumplimiento de las funciones que se les adscriben.
Los ceses de Croacia y Bélgica
La carta de la ADE sale a la luz después de que, los últimos días, el ministro Albares, haya decidido la destitución de dos embajadores que no habían cumplido ni siquiera los tres años en sus puestos: Juan González-Barba en Croacia, y Alberto Antón, en Bélgica.
El primero de los casos, del que dio cuenta ECD, se produjo después de que González-Barba, que ya había sido cesado por Albares como secretario de Estado de la UE, meses después de llegar al Ministerio, publicara un artículo en El Confidencial defendiendo el papel de la Monarquía parlamentaria y el peso del Rey en la política exterior española.
El segundo tuvo lugar el martes pasado, y según destacó The Objective, que adelantó la noticia, se produce después de que Alberto Antón apareciera en un video dando unas cabezadas vencido por el sueño, durante el discurso pronunciado por el ministro en la inauguración de la Conferencia de Embajadores.
Un proceso gripal
Diplomáticos que han contactado con Antón indicaron que el todavía embajador en Bélgica, había pasado una mala noche, afectado por un fuerte proceso gripal, lo que, unido a la toma de medicamente, pudo provocar esa somnolencia.
Muchos de ellos se han dirigido al cesado para expresarle su apoyo y su asombro ante la decisión de Albares, de la misma manera que un buen número de diplomáticos envió también mensaje de solidaridad a González-Barba.
Alberto Antón tiene una dilatada experiencia como diplomático y ha sido, entre otras cosas, embajador en Kazajstán, embajador en Misión Especial para la Diplomacia Digital, y director de la Escuela Diplomática, puesto que ocupó hasta su nombramiento como embajador en Bruselas, en septiembre de 2022.
Un amigo del ministro
En cualquier caso, en medios diplomáticos consultados por ECD, se pone de relieve que la decisión última del ministro está más relacionada con el deseo de facilitar que el actual embajador representante permanente de España en Bruselas, Marcos Alonso -muy amigo de Albares y compañero de promoción- pudiera tener a su pareja, la también diplomática Nieves Blanco, en un puesto más cercano a la capital comunitaria.
Dado que la operación de enviarla directamente a Bruselas habría sido demasiado evidente, el ministro ha optado por pedir el plácet a las autoridades belgas para José María Rodríguez Coso, actual embajador en Luxemburgo, muy cerca de Bruselas, y cubrir su vacante con Nieves Blanco, que era embajadora en Lituania desde agosto de 2022.
De todos modos, no será la primera vez que una pareja de diplomáticos esté al frente de embajadas próximas, facilitando la conciliación familiar. Así sucedió cuando, en 2018, Beatriz Larrotcha y Bernardo de Sicart, que habían ocupado altos cargos con el Gobierno de Mariano Rajoy, fueron nombrados por el primer Ejecutivo de Pedro Sánchez, embajador en Bélgica y Luxemburgo, respectivamente.