España ha optado por subir este 2025 su salario mínimo interprofesional (SMI) más que el resto de las grandes economías de la Unión Europea, pero menos que los pequeños estados del norte y el este del Viejo Continente. El Gobierno ha pactado con los sindicatos y sin la patronal un incremento de del 4,4% hasta los 1.184 euros brutos al mes (en 14 pagas) o 1.381 euros (en 12 pagas), manteniéndose como el octavo estado miembro con un suelo salarial más alto.
En el actual contexto de crecimiento económico en la gran mayoría de economías del continente, los estados han apostado mayoritariamente por garantizar el poder adquisitivo de sus trabajadores con rentas más bajas. Ocho de cada 10 miembros de la UE con salario mínimo han aplicado incrementos por encima de la inflación acumulada del año anterior.
Siguiendo el guión de años anteriores y en aras de la convergencia entre economías históricamente muy diversas, los países del este han aplicado revalorizaciones muy intensas, con cinco países de la antigua URSS apostando por subidas de dos dígitos. El único país que, por el momento ha congelado su SMI ha sido Chipre, que se mantiene en los 1.000 euros mensuales. La mayor subida la ha registrado Rumanía (22,8%) y la menor Hungría (1,4%).
Subida pese a la recesión
Pese a que la economía alemana está en recesión, el canciller y candidato socialdemócrata Olaf Scholz decidió subir este año el salario mínimo un 3,3%, cinco puntos por encima de la inflación, hasta los 2.122 euros brutos (en 12 pagas) al mes.
El salario mínimo interprofesional se implantó en Alemania en 2015, bajo el gobierno de la canciller conservadora Angela Merkel y por exigencia de su entonces socio de coalición, el Partido Socialdemócrata. Se resolvió así lo que durante años la que había sido una reclamación de sindicatos y partidos de centro-izquierda, pese a que la gran industria sostenía que con ello se destruirían puestos de trabajo. Inicialmente, se estableció en 8,5 euros brutos por hora y hoy está en 12,82 euros.
En su campaña por la reelección en los comicios generales del próximo febrero, el canciller y candidato socialdemócrata se ha comprometido a subirlo gradualmente hasta los 15 euros. El aspirante del bloque conservador, Friedrich Merz, quien ocupa la primera posición en intención de voto, no contempla un aumento.
El principal argumento de Scholz para defender un nuevo incremento es que, contra los agoreros pronósticos de sus detractores, el salario mínimo profesional no ha derivado en una destrucción de empleo, sino que ha contribuido a combatir la precariedad laboral, especialmente en sectores como la construcción y la hostelería.
Ligeramente por encima de la inflación
Actualmente, el salario mínimo en Francia se sitúa en 1.621,6 euros brutos y en el último año ha subido un 2%, dos décimas por encima de la inflación. En los últimos años, el salario mínimo ha sufrido varios aumentos, ya sea ajustándose de forma automática, como por iniciativa del gobierno. Aunque sindicatos y asociaciones siguen denunciando que tras la inflación, la subida del salario sigue siendo mínima si se compara con el aumento del precio del alquiler, productos alimenticios o las facturas de la luz.
En total, entre 2021 y 2023, Francia aumentó hasta en cinco ocasiones el salario mínimo, aunque insuficiente para muchas familias. Según los últimos datos del instituto de estadística público de Francia, 9,1 millones de personas son pobres en el país, es decir, cobran menos de 1.216 euros al mes. A esas cifras se unen otras más alarmantes por parte de UNICEF: un niño sobre cinco en Francia, el 23%, no come las tres comidas obligatorias del día.
Entre las preocupaciones del nuevo gobierno de François Bayrou está aprobar los presupuestos de 2025 que incluyen mejorar el poder adquisitivo de los franceses, mermado tras la pandemia y los efectos de la guerra de Ucrania.
Subida en función de la edad
En el Reino Unido el salario mínimo está fijado por horas y varía en función de la edad de los trabajadores. Para los empleados mayores de 21 años, la retribución mínima actual es de 11,44 libras esterlinas por hora (13,57 euros), lo cual supone un salario de 1.944 libras mensuales (2.306 euros) para un trabajador a jornada completa (170 horas mensuales). En el caso de los menores de 21 años, el salario mínimo varía entre las 6,40 libras y las 8,60 libras por hora trabajada (entre 1.292 euros y 1.734 euros mensuales).
Tanto los anteriores gobiernos conservadores como el actual Gobierno laborista han aprobado subidas del salario mínimo en los últimos años. La más reciente fue anunciada el pasado octubre por la ministra de Finanzas, Rachel Reeves, y supuso un incremento de casi el 7% para las retribuciones mínimas de los trabajadores mayores de 21 años y del 16% para los de entre 18 y 20 años. Esta decisión supondrá un aumento hasta las 12,21 libras por hora trabajada (14,51 euros) a partir del próximo abril, el equivalente a un salario de 2.075 libras mensuales (2.466 euros) para los mayores de 21 años.
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