La muerte de cuatro personas, todas ellas vecinas de un mismo edificio de viviendas, ha sido el resultado más luctuoso del último bombardeo ruso en diversas ciudades de Ucrania, nocturno y combinando misiles, bombas planeadoras y drones como marca su patrón táctico durante el invierno. Esta acumulación de ataques ha llevado al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a urgir a sus aliados, nuevamente reclamar ayuda antiaérea que precisa su ejército.

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