Sergio Vázquez Estévez (Ourense, 1963), jefe de servicio de Oncología Médica en el Hospital Universitario Lucus Augusti de Lugo (HULA), pronunciará hoy la ponencia de clausura de la segunda edición de las jornadas «Next. Mirando al futuro del cáncer de próstata» que reúne en Madrid a oncólogos de distintos hospitales de España. El doctor Vázquez centrará su intervención en la evolución de los tratamientos personalizados en el cáncer de pulmón de células no pequeñas y su potencial aplicación en el de próstata, en el que se ha avanzado menos en la secuenciación molecular, clave para la oncología de precisión.
Partiendo de su ponencia, ¿cuál es la situación de las terapias dirigidas en el cáncer de próstata y en el de pulmón?
El tratamiento del cáncer de pulmón ha avanzado desde hace 25 años de una manera brutal. Prácticamente el 60% de estos cánceres ya tienen algún tipo de mutación que es tratable y eso significa un avance brutal en su supervivencia global. En el cáncer de próstata, lo único que tenemos, y desde hace menos tiempo además, son las mutaciones en los genes BRCA reparadores del ADN, muy diferentes en la respuesta al tratamiento unos de otros. Probablemente las mutaciones en BRCA1 y BRCA2 sean más sensibles a tratamientos como son los inhibidores de PARP. El acceso al diagnóstico de estas mutaciones también es muy dispar. El diagnóstico molecular en el cáncer de pulmón está ya muy extendido, mientras que en el de próstata vamos muy por detrás y aún tenemos que acostumbrarnos a que todo cáncer de próstata diagnosticado, tanto localizado como metastásico, tiene que tener secuenciadas estas mutaciones, porque nos cambian el pronóstico de la enfermedad y, además, nos permiten seleccionar un tratamiento dirigido.
¿El futuro del tratamiento del cáncer pasa por el diagnóstico molecular?
Sí. Yo creo que en el futuro haremos una secuenciación molecular, si no a todos, sí a casi todos los pacientes, para ver cuáles son los genes que tienen alterados en su cáncer, e iremos a tratar esas mutaciones. Y no solo al inicio del diagnóstico. Después de la cirugía, cuando son metastásicos e incluso cuando el tumor progresa, una nueva secuenciación molecular en tejido y en sangre (biopsia líquida), nos permitirá ver qué está pasando y poder seguir actuando mediante estos tratamientos de precisión.
¿Cuáles han sido los principales avances en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata en los últimos años?
Los tres grandes avances en el tratamiento han sido los tripletes de tratamiento de hormonoterapia más quimioterapia en el cáncer de próstata sensible a la castración metastásico de debut o de novo, los combos con inhibidores de PAR para los pacientes con mutaciones en los genes reparadores del ADN de BRCA1 y BRCA2 metastásicos refratados a la castración, y los radioligandos, en este caso con lutecio-PSMA, un fármaco que todavía no podemos usar en España porque no está financiado. Y en cuanto al diagnóstico, aparte de la restauración analítica paramétrica para todos los tumores localizados y la biopsia prostática en el cribado, el gran avance ha sido el diagnóstico por PET-PSMA (antígeno prostático específico). Van a venir otros, con otros marcadores, porque nos permite saber con mucha más especificidad y sensibilidad hasta qué punto está extendido un cáncer de próstata, que en principio suponíamos localizado, y, además, nos sirven para saber si el paciente se va a beneficiar de estos nuevos tratamientos.
¿Qué incidencia tiene el cáncer de próstata?
En España se diagnostican más de 30.000 nuevos casos cada año. En cuanto a la prevalencia a cinco años es de cerca de cinco millones. El de próstata es uno de los cánceres más prevalentes porque es uno de los que tienen mejor pronóstico y, por tanto, mayor supervivencia. Es un cáncer de evolución muy lenta. Si nos hicieran una necropsia a todos los hombres cuando morimos, prácticamente la mayoría tendríamos un cáncer de próstata.
¿Qué factores influyen?
La edad, obviamente, porque cuanto más tiempo vives, más posibilidades tienes de desarrollar un cáncer, por la inestabilidad genética. Pero en el cáncer de próstata también influyen factores dietéticos, la obesidad, factores hormonales y también genéticos. En torno a un 10% de pacientes tienen una serie de mutaciones, sobre todo en los genes de la reparación del ADN BRCA1 y BRCA2, que pueden ser hereditarias. Por eso, a los pacientes con un historial familiar de cáncer de próstata o a los que este debuta de forma más agresiva se les debería mandar a una consulta de consejo genético.
¿Y el cribado?
En esos momentos no está totalmente extendido porque había dudas sobre el PSA, pero ahora ya hay estudios que demuestran claramente un beneficio en supervivencia cuando se hace un cribado con PSA, fundamentalmente a los 50 años de edad o a los 40 si tienes algún antecedente familiar.
¿Qué papel jugará la inteligencia artificial en el abordaje del cáncer?
La inteligencia artificial es una herramienta muy útil y nos va a permitir, sobre todo, hacer cribados selectivos o de precisión, es decir, seleccionar aquellos pacientes que más se pueden beneficiar de hacer un cribado, porque hay que tener en cuenta que el PSA se puede elevar en patologías benignas de cáncer de próstata, y la biopsia que se hace de la glándula prostática es agresiva y a veces puedes tener problemas de infecciones y sepsis. Por ello, lo interesante sería biopsiar solo en aquellos casos en los que estamos completamente seguros de que hay un cáncer de próstata mediante una técnica como la resonancia magnética de próstata paramétrica que nos permita llegar perfectamente a la lesión y pincharla perfectamente. La resonancia magnética paramétrica ya está implementada, se está haciendo ya en los diferentes servicios de Galicia para dirigir mejor la biopsia, pero creo que los métodos de inteligencia artificial nos van a ayudar a seleccionar mejor a aquellos pacientes que son más susceptibles de ser sometidos a ese tipo de técnicas.
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