Cuando uno está en la calle con un bolso o una mochila siempre debe tener presente que un amigo de lo ajeno puede cruzarse en su camino. Por eso, con frecuencia tenemos en mente que no debemos perder de vista nuestras pertenencias y estamos pendientes ante la preocupación por perderlas o, lo que es peor, porque nos las roben.

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