El Valencia CF afronta un mes de febrero repleto de ‘finales’. Más allá del tópico y de meter más o menos presión a cada enfrentamiento, el vestuario sabe que gran parte de las opciones de salvar la categoría pasan por ganar a Celta y Leganés o como mínimo de sacar 4 de 6 y que algunos resultados externos lleguen a favor de los intereses de los hombres de Corberán. En ese sentido, el vestuario vuelve a apelar, por enésima vez, a la fuerza de Mestalla. El tópico, dicho sea de paso, cansa y aburre porque ya son muchas las ocasiones en las que se habla de la fuerza de Mestalla, pero luego los jugadores le fallan a sus aficionados. Por todo eso, el día del Celta el primero que tiene que dar el paso es el vestuario. Tienen que dar, como sucedió en cierta medida el día de la Real Sociedad, para luego recibir. Y eso pasa por una gestión de partido a la altura de las circunstancias. Más aún teniendo en cuenta que febrero marca un calendario con tres partidos en casa en LaLiga y solo uno fuera. 

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