Habrá segunda parte. Y llegará pronto. No bien habían terminado de presentar en sociedad el acuerdo para una nueva subida de Salario Mínimo Interprofesional (SMI), Trabajo y sindicatos hablaban ya de otra negociación para el SMI. Esta ocurrirá dentro de un par de meses como parte de una nueva mesa de negociación colectiva a la que está previsto invitar de nuevo a la patronal. El nuevo diálogo social abordará otra vez el mínimo salarial para los trabajadores por cuenta ajena. No obstante, en esta ocasión la idea es blindar las subidas del SMI por ley.

Pero las batallas, de una en una. Antes, como trámite, las ejecutivas de UGT y CCOO, los sindicatos representantes de los trabajadores por ser mayoritarios en España, deberán refrendar el acuerdo alcanzado este miércoles con Trabajo. Este contempla subir un 4,4% el SMI en 2025, o lo que es lo mismo, unos 50 euros al mes, 700 euros al año. Con esta subida, el mínimo salarial alcanzará los 1.184 euros en 14 pagas. Está previsto que la subida del SMI entre en vigor con efecto retroactivo a partir del 1 de enero de este mismo año una vez el Ministerio de Trabajo lo haya promulgado bajo la forma de real decreto, una prerrogativa contemplada por el Estatuto de los Trabajadores. En los próximos días, el Gobierno comunicará la entrada del nuevo mínimo salarial en Consejo de Ministros.

El pacto no cuenta con el visto bueno ni de CEOE ni de Cepyme como representantes de la patronal. Estos han mantenido durante las negociaciones la oferta que anunciaron la semana pasada: subir el SMI un 3%. Insuficiente a ojos de los sindicatos, que reclamaban cerca de un 6% de subida para irse a 1.200 euros de SMI, y corta también para Trabajo, que ha optado finalmente por adoptar una decisión salomónica: rechazan la propuesta sindical y la de la patronal para quedarse con su subida del 4,4%.

Pero la decisión no pone el punto y final a la cuestión, sino que, más bien, la abre más que nunca. Parte del acuerdo alcanzado este miércoles contempla la apertura en 60 días de una nueva mesa de diálogo. Esta, han explicado Trabajo y los sindicatos, tendrá en primer lugar la misión de transponer la directiva europea 2022/2041 del Parlamento Europeo y del Consejo de 19 de octubre de 2022.

«Los Estados miembros deben utilizar indicadores y valores de referencia asociados para orientar su evaluación de la adecuación de los salarios mínimos legales. Pueden elegir entre los indicadores comúnmente utilizados a escala internacional y/o los indicadores utilizados a escala nacional», recoge el texto legal, que establece el 15 de noviembre de 2024 como fecha máxima para que cada país la recoja en su articulado. España ya va tarde.

El escrito añade: «La evaluación puede basarse en valores de referencia comúnmente utilizados a escala internacional como el coeficiente que supone el salario mínimo bruto en relación con el 60% de la mediana salarial bruta y el coeficiente que supone el salario mínimo bruto en relación con el 50% del salario medio bruto, que actualmente no cumplen todos los Estados miembros, o el coeficiente que supone el salario mínimo neto en relación con el 50% o el 60% del salario medio neto«.

El primer objetivo, por tanto, será blindar por ley el hecho de que el SMI sea siempre el 60% del salario medio, algo que también recoge la Carta Social Europea, suscrita igualmente por España. Actualmente, el Gobierno queda a cargo del SMI, pero no tiene la obligación de referenciarlo con arreglo a ningún índice. Según la Encuesta de Estructura Salarial del INE, en 2022 (últimos datos disponibles), el salario medio bruto fue de 26.948,87 euros. El 60% mensual de este salario, divido entre 14, arroja 1.154 euros. Tras la última subida, el SMI pasa de 1.134 euros a 1.184, lo que significa que la subida cumple con el requerimiento europeo. Conseguido este objetivo, Trabajo y sindicatos buscarán que ahora esto se produzca automáticamente.

Una negociación con la patronal en contra

No será lo único que esté sobre la mesa. Los sindicatos quieren hablar también de que la ley recoja la imposibilidad de que los complementos salariales asimilen las subidas del SMI, así como de futuras campañas para que los inspectores de Trabajo vigilen que las empresas cumplen con el suelo salarial.

Se espera una oposición frontal por parte de la patronal, que siempre ha defendido que el salario se debe negociar convenio a convenio. «Si nos hubieran dejado, como hacemos otras veces, sentarnos a una mesa con los sindicatos, posiblemente hubiéramos llegado a un acuerdo», ha dicho este miércoles Antonio Garamendi, presidente de la CEOE. La relación de la patronal con la ministra de Trabajo, además, no pasa por su mejor momento, especialmente después de que CEOE y Cepyme se levantaran también de la mesa de negociación de la reducción de jornada.

«El ministro [por Carlos Cuerpo, ministro de Economía], por lo menos, escucha un poco. En el otro lado, solo estamos viendo titulares directamente. Eso es lo que veo», ha reflexionado Garamendi. La negociación del SMI tendrá pronto segunda parte, pero es posible que haya quien no quiera salir en la película.

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