El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se une a los presidentes de América Latina que responden a las amenazas arancelarias del presidente estadounidense, Donald Trump, con un principio de “reciprocidad”. Anunció que, si el presidente impone aranceles sobre las importaciones brasileñas, habrá una correlación con respecto a los productos estadounidenses.
«Si impone tasas a los productos brasileños, habrá reciprocidad en Brasil a la hora de tasar los productos importados de Estados Unidos», ha expresado el presidente Lula en un encuentro con periodistas en el Palacio del Planalto. «Sólo tiene que respetar la soberanía del resto de países. Él ha sido elegido para gobernar Estados Unidos. Los otros presidentes lo han sido para dirigir sus países», ha zanjado el presidente brasileño.
El presidente colombiano, junto con la mexicana, ha cargado fuertemente contra el recién llegado Donald Trump por utilizar un incremento en los aranceles como método de castigo por la falta de cooperación de países latinoamericanos. Esto se ha puesto de relieve con la deportación masiva de inmigrantes ilegales de Estados Unidos en aviones a países latinoamericanos. Varios países han criticado fuertemente la medida y algunos, como el colombiano, han prohibido el aterrizaje de estos aviones.
Países europeos se enfrentan a un escenario parecido en el que se ven amenazados por una guerra comercial si no incrementan su presupuesto militar al 2% del PIB de cada país. Sin embargo, Trump ha comentado sus intenciones de elevar este porcentaje al 5%, una cifra inalcanzable para la mayoría de los países europeos. También ha mencionado estas últimas semanas que el aumento de aranceles podrían surgir por otras motivaciones, aunque éstas aún no están claras.
Por otra parte, Lula también ha abordado la decisión de Trump de abandonar los acuerdos de París, recordando que Estados Unidos ya no había cumplido anteriormente con los protocolos de Kioto, y ha destacado que lo que se decida en la cumbre de Naciones Unidas – la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático- en Brasil este año servirá como «plan de actuación» de aquí en adelante. «Obviamente creo que ese asunto de salir del Acuerdo de París, de no colaborar con la financiación de la OMS es una regresión a la civilización», ha valorado.
Decisiones radicales y las consecuencias de la resistencia
Trump ha anunciado una serie de medidas poco previsibles, aparentemente aleatorios y que desafían la moralidad de partes de la población. Además de anunciar un aumento en los aranceles en varios países por no cooperar con los deseos del presidente estadounidense, ahora ha declarado sus intenciones de albergar 30.000 inmigrantes indocumentados en Cuba.
“Hoy voy a firmar una orden ejecutiva que instruye al Departamento de Defensa y al de Seguridad Nacional para que empiecen a preparar un centro de retención para migrantes en Guantánamo con cabida para 30.000 personas”, explicó Trump con respecto a los inmigrantes que no pueden ser enviados a su país de origen, según El País. La base naval de Guantánamo ya operaba como un centro de inmigrantes rescatados del mar durante años, pero esta medida es una escalada sustancial.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha rechazado rotundamente la propuesta de Trump, llamándolo “un acto de brutalidad”. Bermúdez ha destacado en un comunicado en su red social que el “el nuevo gobierno de EEUU anuncia encarcelamiento en Base Naval en Guantánamo, ubicada en territorio de Cuba ilegalmente ocupado, de miles de migrantes que expulsa forzosamente, a los que ubicará junto a las conocidas cárceles de tortura y detención ilegal”.
Otra medida que ha impuesto Trump es el cambio de denominación del Golfo de México al Golfo de América. Google ha seguido el camino del presidente estadounidense, renombrando el golfo en Maps pero defendiendo que no estaban alterando el mundo físico. No obstante, el cambio ha despertado mucha polémica por la falta de consenso entre los países involucrados (México y Cuba), resultado en otra escalada en las tensiones.
A esto se une el anuncio de la Casa Blanca de poner una pausa inmediata sobre sus programas de ayudas en el exterior. Esta congelación se mantendrá 90 días para permitir que la administración de Trump revise los programas en los que está involucrado. En 2023, Estados Unidos envió 1,5 mil millones de dólares a países en Sudamérica para financiar proyectos humanitarios, militares, medioambientales y económicos, de acuerdo con The Guardian. Expertos como la exdirectora de la agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAid), Marcia Wong, han advertido que esta retirada de ayudas podría inflamar la violencia preexistente en países de la región. Aun así, Wong no considera que se puede hallar una correlación directa.
Los vuelos con inmigrantes expulsados
Algunos de los países recipientes de los aviones cargados de inmigrantes ilegales expulsados forzosamente de Estados Unidos rechazaron o prohibieron su aterrizaje. Sin embargo, el presidente colombiano, Gustavo Petro, accedió a las exigencias de Trump, pero le criticó fuertemente en un mensaje en X: “Usted me considera una raza inferior y no lo soy, ni ningún colombiano”. Pese a la resistencia inicial, la amenaza desde la Casa Blanca de aumentar los aranceles del 25% al 50%, Petro retractó su resistencia. Esta operación le ha demostrado a Trump que su presión económica funciona.
Paralelamente, da Silva ha aprobado el establecimiento de un centro de detención en Confins, un municipio de Minas Gerais en Brasil. El gobierno brasileño consideró que los vuelos con personas deportadas aumentarán, de acuerdo con AP, por lo que necesitarán un lugar donde gestionar el influjo de inmigantes. Además, se han registrado denuncias de malos tratos por parte de la las fuerzas estadounidenses en dichos vuelos, lo que ha desenbocado en la apertura de una investigación por la violación de derechos humanos.