La Real cumplió su parte con los suplentes, ganó con solvencia al PAOK en casa (2-0) y estará en el playoff de Europa League como cabeza de serie. Los txuri urdin necesitaban motivos de alegría e ilusión. Una victoria no está nada mal, pero a falta de una mejora sustancial en el juego, buenos son los goles del delantero por el que tanto has pagado. Orri Óskarsson fue el gran protagonista de la noche con un doblete, que pudo ser hat-trick o póker, esperanzador. Hizo de ‘killer’ para romper la monotonía y la mala racha realista. Los de Imanol fueron suficientemente mejores, jugaron un partido serio, aunque necesitaron de Marrero para sostener el resultado. A por lo siguiente.
Esperan ‘cocos’ en octavos
La jornada final era una locura tal que no estaba claro qué era lo mejor. Los txuri urdin obtuvieron un triunfo que vale casi un millón y el decimotercer lugar. Jugarán la vuelta del playoff en Anoeta y evitan cruzarse con el primero y el segundo en octavos. Pero no está claro que haya sido positivo. El primer rival será o el AZ neerlandés o el Midtjylland danés, y en caso de ganar, el segundo será el Tottenhamo el Manchester United.
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Reale Arena

13Unai Marrero
Dominik Kotarski42
45′
38′
45′
Jonny19
Abdul Baba21
Stefan Schwab22
6Aritz Elustondo
Tomasz Kedziora16
21Nayef Aguerd
Giannis Michailidis5
11Sheraldo Becker
28Pablo Marín
42′
47′
72′
23Brais Méndez
Mady Camara2
Taison11

Suplentes

1Álex Remiro
Konstantinos Balomenos54
5Igor Zubeldia
Antonis Tsiftsis99
Omar Colley15
20Jon Pacheco
Joan Sastre23
27Jon Aramburu
Konstantinos Thymianis25
Dimitris Kottas90
8Arsen Zakharyan
62′
22Beñat Turrientes
24Luka Sucic

Entrenador

Imanol Alguacil
Razvan Lucescu
Revolución esperada
Imanol priorizó el doble enfrentamiento ante Osasuna, como era de esperar. Modificó mucho el equipo haciendo hasta nueve cambios respecto a la derrota contra el Getafe. Sólo Zubimendi y Sergio Gómez repitieron, y el de Badalona en otro sitio. Incluso hubo cambio en la portería, de manera sorprendente, con la oportunidad para Marrero. Regresó Odriozola al equipo, también Marín y Óskarsson, y descansaron pilares como Kubo, Oyarzabal, Zubeldia, Aramburu o Sucic de inicio.
Sufriendo a la espalda
La alegría en el partido la pusieron, sobre todo, los grupos de animación de ambos equipos, que peleaban por ser los más escuchados y alentar a los suyos. Sobre el verde, poca cosa y más de lo mismo que en días recientes con balón. Aunque sí se veía un puntito de chispa más en los realistas, con responsabilidad.
Los griegos, plantados en su 4-2-3-1, buscaron el juego directísimo en todo momento y sin pensarlo demasiado. Tanto con golpeos directos como con combinaciones rápidas. Todo buscando la espalda de los laterales, que fue una autopista, sobre todo la de un Odriozola que sufrió en cada acción. Hicieron daño los griegos así. En uno de esos balones a la espalda, por el otro costado, se plantó sólo Camara pero Marrero realizó una doble intervención de mucho mérito que provocó aplausos y cántico. Primero se hizo grande en el mano a mano, y después corrió hacia atrás ganándole al delantero y salvó in extremis con la mano. Acción importante para él, seguro, en su primera titularidad en Anoeta.
Zubimendi probó fortuna desde lejos con la zurda, pero se fue centrado. También lo intentó Becker, de los más activos, tras una gran asociación con Brais en la derecha. Su centrochut, muy fuerte, lo desvió Kotarski. Despodov casi arma el lío en otro balón a la espalda en el que Marrero dudó demasiado en el centro. Pero Sergio tapó el disparo del ‘77’ visitante.
Óskarsson aparece como ‘killer’
Parecía que se acababa la primera parte a cero, sin goles, como otras tantas. Pero entonces apareció el ‘killer’ de 20 millones que compró la Real. Tras una diagonal de Aritz y un mal centro de Marín, Becker pinchó el balón a las mil maravillas y puso un centro picadito medido aún mejor para el cabezazo certero de Óskarsson en boca de gol, tras separarse primero del central. Golazo y alegría total en el estadio. Todos querían que marcara. Y casi se convierte en doblete en cuestión de segundos porque en la última, Kotarski se durmió, Óskarsson le presionó y birló el balón y anotó el 2-0, pero el VAR determinó que había salido el esférico por línea de fondo. Por milímetros. La afición se fue contenta y animando al descanso.
Y más que botaron y gritaron cuando en la primera acción ofensiva de la segunda mitad el islandés anotó el 2-0, también de cabeza. Alguno incluso vio a Darko, del tiempo que hacía que no había goles de cabeza en centros laterales. El ariete volvió a separarse bien del central para atacar el centro medido de Aritz, que venía de doblar a Becker. Golazo. No pudo haber hat-trick. El ‘9’, entonado, cabeceó al larguero en boca de gol otro buen centro de Barrene tras una jugada individual del ‘7’ por la banda.

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Gestión
Imanol ya había dado entrada tras el descanso a Jon Martín por el amonestado Odriozola, pero poco después del 2-0 retiró también a Zubimendi, pensando en lo que viene. Olasagasti fue el elegido para ser pivote. El ritmo bajó, como era de esperar. El PAOK apenas tuvo una volea de Baba, y la Real pudo marcar otro en una gran contra de Brais que finalizó fuerte pero centrado Becker. No pudo ser el hat-trick de Óskarsson, que pidió el cambio por un golpe en la espalda, se marchó ovacionado y agradeciendo el apoyo. Se quedó sin jugar Zakharyan, que sí salió a calentar y recibió aplausos de la grada. Se le espera. El PAOK no dejó de intentarlo y Marrero tuvo que hacer un paradón a Konstantelias, y después Olasa tapar el rechace. Se celebró como un gol. Hubo tiempo para varias llegadas más en cada costado, pero sin éxito. El triunfo era realista y el MVP, islandés.