Las autoridades descartan que haya supervivientes entre los 64 pasajeros del avión que chocó contra un helicóptero militar en Washington

Un avión ha chocado esta madrugada contra un helicóptero militar Black Hawk sobre el río Potomac cuando se aproximaba a la pista de aterrizaje del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan (DCA) de Washington. En la aeronave viajaban 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación, según ha informado American Airlines. Tres soldados iban a bordo del helicóptero, según han detallado fuentes del Gobierno de Estados Unidos (EEUU).

John Donnelly, jefe del Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia, ha anunciado en una rueda de prensa a primera hora de la mañana que hasta ahora se han recuperado 28 cadáveres de las aguas del río Potomac: 27 del avión y uno del helicóptero. «No creemos que haya supervivientes», ha asegurado, indicando que ya trabajan con la idea de recuperar los cuerpos más que rescatar a alguien con vida.

El avión siniestrado era un Bombardier CRJ-700 y se estrelló a las 20:48 hora local con un Skikorsky UH-60 Black Hawk, uno de los helicópteros más icónicos del Ejército estadounidense, que estaba realizando un vuelo de entrenamiento. Según Sean Duffy, el secretario de Transportes, la noche estaba despejada y ha descartado que cualquiera de los dos aparatos estuviese volando por una zona que no le correspondiese. Ha añadido que «no es nada inusual» que en ese espacio aéreo coincidan helicópteros militares con aeronaves para el transporte de civiles.

En un vídeo captado por las cámaras de seguridad del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas se aprecia cómo el helicóptero se fue acercando hacia al avión comercial, que ya había iniciado las maniobras de aproximación al aeropuerto, hasta colisionar con él, provocando una explosión en el aire. Los restos de ambos aparatos se precipitaron hacia las gélidas aguas del río Potomac. Por el momento se desconocen las causas del accidente.

«Nos preocupamos por los pasajeros y la tripulación a bordo de la aeronave. Estamos en contacto con las autoridades y colaborando con los esfuerzos de respuesta a la emergencia», ha dicho la aerolínea American Eagle, compañía subsidiaria de American Airlines, en un comunicado. El vuelo 5342 se dirigía de Wichita, Kansas, a Washington D.C. y debía aterrizar en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, que permanecerá cerrado al menos hasta el mediodía de este jueves.

Según la cadena CBS, el avión se encuentra partido en varias partes mientras que el helicóptero está bajo el agua en posición del revés, casi intacto. El senador Roger Marshall, de Kansas, sugirió en una rueda de prensa que lo más probable es que no haya supervivientes. «Cuando muere una persona es una tragedia, pero cuando mueren muchas es un dolor insoportable», dijo.

La Asociación de Patinaje de Estados Unidos ha informado de que «varios miembros de nuestra comunidad», incluyendo deportistas, entrenadores y familiares, iban a bordo del avión comercial accidentado. Volvían de un campeonato que se celebró el pasado fin de semana en Wichita. La agencia de noticias rusa TASS ha detallado que entre ellos se encontraba un matrimonio ruso, Yevgenia Shishkova y Vadim Naumov, que fueron campeones del mundo de patinaje artístico en 1994 y ahora se dedicaban a entrenar a jóvenes patinadores, incluido su hijo Maxim, que también se cree que viajaba en la aeronave.

Unos 300 miembros de los equipos de emergencia están trabajando en la zona, según ha informado John Donnelly, jefe del Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia de la capital estadounidense. Las aguas gélidas y turbias del río Potomac, sumadas al viento, complican las tareas de búsqueda y rescate de los buceadores.

Se trata del primer accidente aéreo de una aeronave comercial en EEUU desde que un vuelo regional se estrellara en Buffalo, Nueva York, en 2009.

Críticas de Trump

American Airlines ha puesto una línea telefónica gratuita a disposición de los familiares de los pasajeros del vuelo para que se pongan en contacto con la compañía. Sin embargo, Reuters informa de que algunos familiares que han acudido al aeropuerto se quejan de que la única información que han recibido es a través de las noticias. Una mujer ha roto a llorar en el aeropuerto porque no sabe si una de sus familiares «iba o no a bordo de la aeronave».

La tragedia recuerda a la que se produjo en 1982 cuando un avión de pasajeros de Air Florida salió del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, en Washington D. C., hasta el Aeropuerto Internacional Fort Lauderdale-Hollywood, en Florida. En aquella ocasión la aeronave se estrelló en el Puente de la Calle 14 sobre el río Potomac y de los 79 pasajeros que viajaban a bordo sobrevivieron sólo 5 personas.

La agencia Efe informa de que a orillas del río Potomac -donde ha caído el avión- se ha desplegado un fuerte dispositivo que incluye ambulancias, camiones de bomberos, coches de Policía y helicópteros. Asimismo, se han habilitado autobuses públicos para el transporte de personas.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, indicó en X que están desplegando «todos los recursos disponibles de la Guardia Costera de EEUU para los esfuerzos de búsqueda y rescate» y recalcó que monitorean «activamente la situación» y que están preparados para apoyar al personal de emergencias local.

Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha agradecido el trabajo del personal de emergencias tras el accidente, pero ha criticado a la torre de control del aeropuerto: «La noche estaba CLARA, las luces del avión estaban encendidas, ¿por qué el helicóptero no subió, bajó o giró?», escribió en su red social, Truth Social, añadiendo que el siniestro «debería haberse evitado». La Casa Blanca ha informado de que el mandatario está siguiendo con atención la evolución de la tragedia.