El krill, un pequeño crustáceo parecido a un camarón, constituye la base de la red alimentaria antártica y es la principal fuente de calorías para las ballenas barbadas, los pingüinos, las focas y las aves marinas. Sin embargo, esta especie clave está siendo atacada por una flota pesquera industrializada que recientemente se ha ampliado a catorce superarrastreros, cada uno de los cuales arrastra redes lo suficientemente grandes como para engullir un avión Jumbo. El krill se captura con redes para producir suplementos de salud Omega-3 (para los que existen alternativas más sostenibles), y un aditivo para piensos que tiñe de rosa la carne del salmón de piscifactoría solo para mejorar su aspecto estético.

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