El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha reiterado el «carácter indefinido» que tiene para la entidad situar su sede social en Valencia, después de que Banco Sabadell anunciara que volvía a trasladarse de Alicante a Cataluña.
En 2024, CaixaBank obtuvo un beneficio neto atribuido de 5.787 millones de euros, frente a los 4.816 millones de 2023, lo que supone un incremento del 20,2%.
«No es nada previsible que la situación de la sede social de CaixaBank cambie». «Nuestra vocación de estar en Valencia no tiene plazos, por eso hablamos de un carácter indefinido, ese es el camino para nosotros», ha asegurado durante la rueda de prensa posterior a la presentación de sus resultados.
«Nos sentimos valencianos porque tenemos unas raíces profundas en este territorio», ha dicho Gortázar apelando a su pasada integración con Bankia, entidad que nació de la fusión de Bancaja y Caja Madrid, entre otro grupo de pequeñas cajas de ahorro.
«Estamos donde queremos estar». Por ello, el consejero delegado de CaixaBank ha señalado que el plan del Consejo de Administración del banco es mantener un reparto «equilibrado» entre la sede social en Valencia y las «dos grandes sedes» operativas de Madrid y Barcelona.
«En 2017, Caixabank trasladó su sede por motivos de sobra conocidos y en 2021 hicimos una operación de integración con Bankia que en ese momento tenía la sede en Valencia. Queremos mantener esa profunda raíz con la ciudad, y al mismo tiempo por nuestra importante presencia en Madrid y Barcelona mantendremos allí nuestras dos grandes sedes», ha recordado.
Por otro lado, sobre la posible futura fusión entre BBVA y Sabadell, Gortázar no ha querido pronunciarse, aunque ha reconocido que en España «hay espacio para más consolidación». «En Europa, España está entre los puestos 17 y 18 de concentración, siendo uno el de mayor concentración, por lo que estamos en la parte media baja». Ahora bien, «que operaciones concretas sean positivas o buenas, ya es cuestión del caso por caso y ahí no quiero pronunciarme», ha añadido.
Preguntado sobre si CaixaBank se plantea alguna operación de fusión, ha respondido tajante: «Nosotros no». «Hemos hecho los deberes, estamos muy satisfechos con los resultados obtenidos. El resto de entidades tienen que analizarlo».
Sobre los resultados del ejercicio 2024, Gortázar ha calificado el año como «muy positivo», dado que la entidad ha logrado cumplir con los objetivos marcados en su Plan Estratégico: «Crecimiento de la actividad comercial, mejora en la calidad de servicio, rigurosa gestión del riesgo y recuperación de una rentabilidad razonable». Los objetivos han sido «ampliamente superados», ha reiterado.
Además, el Consejo de Administración de CaixaBank ha propuesto a la Junta General de Accionistas el pago de un dividendo en efectivo de 0,2864 euros brutos por acción con cargo a los resultados de 2024 (2.028 millones) y que, junto al dividendo a cuenta pagado en noviembre por un importe de 1.068 millones, eleva el dividendo ordinario hasta los 3.096 millones y sitúa el payout en el 53,5%.
«Nuestra fortaleza financiera nos ha permitido mantener una adecuada retribución a los accionistas en los últimos tres años, con un dividendo ordinario de 7.700 millones», ha comentado Gortázar en este sentido.
En cuanto al impuesto a la banca, ha afirmado que, al recaer sobre el margen de intereses, supone «un impuesto al crédito, que compagina muy mal con la inversión empresarial«. En su opinión, «dentro de las cuestiones que tenemos que abordar en este país es reforzar a España como un destino atractivo para la inversión. Poner un impuesto a la financiación empresarial no es buena idea. Prestar dinero a empresas y pymes fuera es más atractivo que hacerlo aquí, eso es lo que ha generado el impuesto».
«Nos parece que no encaja en el ordenamiento jurídico, por lo que nuestra obligación es recurrirlo, lo hemos hecho en el pasado y lo seguiremos haciendo», ha dicho.