Fueron contratados «para explotarlos, depositándoles una suma de dinero inferior al salario mínimo, cumpliendo jornadas laborales de alrededor de veintidós horas diarias, de lunes a lunes, en el área de fileteado en la bodega». Unas condiciones de trabajo que casi terminan con la vida de un marinero senegalés que tuvo que ser evacuado «en estado de coma» en junio del año 2017. Esclavizado a bordo de un arrastrero congelador gallego, el Loitador, cuyo capitán ha sido arrestado a petición de la Fiscalía argentina y con la colaboración de la Interpol.

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