Hernán Cortés, al mando de un reducido grupo de hombres, logró conquistar el imperio azteca en el siglo XVI, lo que le abriría las puertas al control de sus riquezas. Y, aunque contó con la ayuda de los indígenas de Tlaxcala, que eran enemigos de los aztecas, lo cierto es que además de ello necesitaba otro elemento para someter a un pueblo tan numeroso y bien preparado como eran entonces los habitantes de esta parte de México.

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