Regular tirando a malo

La fluidez no garantiza la calidad. / iStock

Hay días en los que yo estoy rápido y el ordenador está lento y días en los que yo estoy lento y el ordenador está rápido. Lo raro es que nuestras velocidades coincidan. Cuando coinciden, la escritura va como una seda. Las oraciones caen en cascada, unas detrás de otras, siempre en perfecto orden, incluso si lleno el párrafo de subordinadas. El problema es que, al repasar el texto al día siguiente o a los dos días, no me gusta. La fluidez no garantiza la calidad. Prefiero los textos escritos con la dificultad de las dos velocidades antes mencionadas. Me ocurre algo parecido con la realidad. Hay temporadas en las que apenas se producen desacuerdos entre ella y yo. Son temporadas en apariencia dulces, pero algo vacías. No digo que no las eche de menos cuando las cosas vienen peor dadas, pero del mismo modo que echo de menos las dificultades cuando desaparecen por completo.

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