La inclusión de Muface en la asistencia pública de Aragón supondría incrementar un 2,24% el número de personas que recibiría prestación sanitaria en la Seguridad Social. Así, la comunidad se posiciona por encima de la media nacional que estimó el Ministerio de Sanidad, que fija este impacto en un 2,12%. Con todo, por encima de Aragón se sitúan otras comunidades como Castilla y León (3,12%), Extremadura (3,02%) o Andalucía (2,94%), que son las autonomías que deberían incorporar a un mayor porcentaje de nuevos usuarios a su Seguridad Social.
Todo si Muface llegara a su final. El futuro de este modelo sanitario mantiene en vilo a 1,5 millones de funcionarios en España desde el pasado mes de octubre, cuando las tres aseguradoras que formaban parte del concierto -DKV, Adeslas y Asisa- deslizaron su intención de no acudir a la nueva licitación para el periodo 2025-2026.
En Aragón hay 45.539 beneficiarios de Muface. De estos, 32.036 reciben prestación sanitaria privada y los otros 13.503 son atendidos en la Seguridad Social. Y son precisamente estos los datos en los que hay que fijarse para entender el impacto que tendría integrar a los pacientes de Muface en la sanidad pública de Aragón: el porcentaje de mutualistas que reciben asistencia privada sobre los que son atendidos en la sanidad pública.
Por aseguradoras, 13.403 funcionarios están en DKV, mientras 10.808 están en Adeslas y 7.825 en Asisa, según los datos que ya publicó este diario. A ellos se suman los otros 13.503 empleados públicos que pertenecen a la Seguridad Social, lo que suma esos 45.539 mutualistas en la comunidad.
De acuerdo a estos datos y en comparación con el resto, Huesca se encuentra entre las provincias de España que registra mayor número de funcionarios en la Seguridad Social. En concreto, cuenta con 3.150 empleados públicos que reciben asistencia sanitaria a través del Salud, lo que supone un 39,35% del total de funcionarios del Altoaragón, según datos de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface). Son más de los que lo hacen en Zaragoza (28,94%) y en Teruel (un 18,62%), donde la mayoría de mutualistas reciben prestación sanitaria de alguna de las tres aseguradoras que hasta ahora han compuesto el modelo de Muface, en situación de prórroga a la espera de alcanzar o no un acuerdo con el Gobierno.
En los últimos cuatro meses, con estos datos como base y después de haber pasado por distintos escenarios -la retirada de Adeslas y DKV, la resistencia de Asisa y, ahora, el posible regreso de Adeslas-, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón ha desgranado una a una las consecuencias que tendría para el Salud la llegada de los funcionarios de Muface.
Recursos materiales
La primera es la falta de recursos materiales para atender a tantas personas. El consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, informó que para asumir a los mutualistas aragoneses se requeriría como mínimo un hospital similar al de Calatayud, que cuenta con 120 camas aproximadamente. A este habría que sumar dos nuevos centros de salud, cuya construcción implicaría una inversión de 15 millones de euros.
La segunda consecuencia son los recursos humanos. El Ministerio de Sanidad estimó que incluir a los beneficiarios de Muface en la asistencia pública aragonesa supondría incrementar un 2,24% el número de personas que recibiría la prestación sanitaria. Para poder asistirlos, el Salud requeriría 45 médicos de familia y 45 enfermeras, lo que suma una necesidad de 90 profesionales sanitarios en un momento de déficit de facultativos en la comunidad. Según los últimos datos transmitidos por el Colegio de Médicos de Zaragoza y el Ministerio de Sanidad, ahora mismo Aragón necesita 250 médicos y más de 1.500 enfermeras.
A ello Bancalero añadió que también sería necesario la creación de un código postal nuevo para los nuevos pacientes. Esto es así porque cada tarjeta sanitaria se asigna al centro de salud más cercano al domicilio en el que el paciente está empadronado. Con los puntos de Atención Primaria actuales sería imposible asumir a los más de 45.500 mutualistas, por lo que se tendría que generar un nuevo código postal para los pacientes que llegaran de Muface. Y más consecuencias. Según adelantó EL PERIÓDICO, las listas de espera de Aragón ascenderían en unas 4.150 personas al año, de las que 2.580 serían pacientes de más de 65 años. Ello generaría un escenario inasumible para una demora quirúrgica que, en estos momentos, ya tiene a 7.526 usuarios a la espera de una operación desde hace más de seis meses.
Más de 132 millones
El empujón final sería el del gasto económico. En Aragón, el gasto per cápita público asciende a 2.052 euros (2024), el doble del coste medio de los mutualistas (1.030 euros). Así, el impacto que tendría la entrada de los beneficiarios de Muface en la sanidad pública sería de 93.446.028 euros. A ello habría que sumar el gasto farmacéutico de los usuarios de Muface, que asciende a 39.084.238 euros. En conjunto, el coste total para las arcas públicas aragonesas sería de más de 132.530.266 euros.
Unas y otras circunstancias han hecho que de un tiempo a esta parte los mutualistas aragoneses se hayan mantenido en vilo respecto a su asistencia santiaria. El primer susto llegó en octubre de 2024, cuando las tres aseguradoras que formaban parte del concierto de Muface afirmaron que no iban a acudir a la nueva licitación para 2025-2026. Las entidades estimaban con las condiciones de entonces, que pasaban por una subida de las primas al 17,12%, tendrían pérdidas de millones de euros. Las tres aseguradoras dejaron así desierta la primera licitación del concierto de Muface.
El 17 de diciembre, el Consejo de Ministros aprobó una segunda subida de las primas hasta alcanzar el 33,5%. Con todo, diez días después Adeslas volvió a indicar que no renovaba el concierto, una decisión que también tomó DKV en enero. Así las cosas, Asisa se quedó en solitario para asumir el servicio.
Según informó el Gobierno de Aragón, ya a principios de enero hubo al menos 18.000 funcionarios que habían optado por el Salud. Aunque no existen cifras concretas, se estimó que una parte de estos había tomado la decisión de cambio a lo largo de los últimos meses.
Con este escenario, los últimos movimientos del Gobierno central se han dirigido a tratar de convencer a las aseguradoras de que el concierto de Muface no quede desierto. Habrá que ver si la estrategia funciona y evita que caigan todas las fichas del dominó.