Ángel L. González es el único profesor español entre los 50 finalistas del prestigioso Premio Nobel de la Educación, un reconocimiento otorgado por la Fundación Varkey en colaboración con la Unesco. Este galardón, que se entregará en febrero en Dubai, premia al mejor docente del mundo con un millón de dólares, seleccionando al ganador de más de 5.000 nominaciones de 89 países.
González es ingeniero informático. No tuvo acceso a un ordenador hasta el segundo año de universidad, ya que sus padres, quienes no cursaron estudios universitarios y lo tuvieron a una edad temprana (22 y 24 años), no podían permitírselo. Tras graduarse en la Universidad de Castilla-La Mancha, comenzó a trabajar en Madrid en la consultora Everis. Allí fue reclutado por el grupo editorial Pearson para implementar una plataforma educativa digital en todos los colegios de Extremadura.
A los 29 años, fue nombrado jefe de equipo, y se encargó de recorrer más de 700 centros educativos, formando a miles de docentes y promoviendo el uso de aulas virtuales. «Fue en ese momento cuando creció mi pasión por la educación. Visité muchas escuelas y conocí a muchos profesores, algunos muy felices, otros no tanto, pero todos ellos personas sencillas que, a pesar del esfuerzo que requiere enseñar en el medio rural, se sentían profundamente recompensados».