En un caso que ha generado controversia en Girona, un conductor fue sancionado por un radar cerca de Salt, a las afueras de la ciudad, a una velocidad de 71 km/h, cuando el límite permitido en la carretera era de 50 km/h. La multa inicial ascendía a 300 euros, pero la historia dio un giro inesperado: tras una serie de errores administrativos, el afectado terminó enfrentando una sanción de 1.000 euros, casi un año después de la infracción.

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