«Tengo 25 años, mi familia sigue sin asumir que tenga vida sexual […] y lo de que no fuera heterosexual lo tomaron muy mal. Me decían: ‘Deja de decir tonterías, es que solo quieres llamar la atención‘». Esta afirmación, hecha por una mujer bisexual con discapacidad sensorial de entre los 18 y 34 años, viene a resumir la situación de muchas personas LGTBI+ con discapacidades diversas: la sociedad, incluso sus propios familiares, les niegan su deseo sexual. Por ende, no reciben educación sexual.
En algunos casos, incluso se les intenta prohibir que formen parejas con otras personas con discapacidad. O se les elimina su dimensión sexual.
«Se asume que las personas con discapacidad no pueden o no saben tener relaciones sexuales debido a limitaciones físicas, lo que contribuye a la creencia de ausencia de sexualidad. Muchas veces, esta viene acompañada de una lástima que impide verlas como seres sexuales«, apuntan las y los autores del informe La situación de las personas LGTBI+ con discapacidad en España, presentado este lunes en el Ministerio de Igualdad.
Encuentros desde el fetichismo
En él también se muestra cómo las personas LGTBI+ con discapacidad han experimentado encuentros que parten del fetichismo hacia la diversidad.
Y cuando este fetichismo «parte de la instrumentalización por razones de vulnerabilidad o fragilidad, genera un fuerte rechazo entre las personas LGTBI+ con discapacidad ante la posibilidad de encontrarse con situaciones de abuso, deshumanización o cosificación sexual», explican.
Durante su presentación, también se ha resaltado cómo la subordinación que afrontan desde la infancia expone a estas personas a diversas situaciones de violencia sexual y de género desde edades muy tempranas. Muchas veces, por los propios familiares y profesionales que trabajan con ellos.
«Y lo que es aún peor: se siguen no solo invisibilizando, sino naturalizando estas situaciones. Se recibe con poco rédito las denuncias de las personas LGTBI+ con discapacidad» ha resaltado Sandra Candelas, una de las investigadoras.
Discriminación educativa, familiar y sanitaria
Pero el trabajo va más allá de la sexualidad. A partir de 420 encuestas y entrevistas y debates con personas afectadas y expertas, han visto que el 78% de personas LGTBI+ con discapacidad en España ha experimentado discriminación en el sistema educativo, especialmente por parate de sus propios compañeros y compañeras.
En el ámbito familiar, el estudio alerta de que existe más discriminación por identidad y orientación sexual que por discapacidad. En este sentido, apunta que, para muchas de las familias encuestadas, la idea de que la única forma «correcta» de ser es «una en la que existe una alineación entre el sexo biológico, la orientación sexual, la identidad sexual y los roles de género tradicionales».
Además, prácticamente la mitad de las personas participantes (46%) se han sentido discriminadas en algún momento dentro del sistema sanitario, tanto en atención primaria como en sectores específicos hospitalarios.
Problemas en el acceso al empleo
Impulsado por el Ministerio de Igualdad y el de Derechos Sociales, el trabajo también destaca que en el plano laboral las personas LGTBI+ con discapacidad se encuentran con múltiples barreras en su acceso al empleo.
Una vez dentro del mercado laboral, el 41% de las personas encuestadas refieren haber experimentado discriminación, rechazo o acoso en su trabajo, principalmente por la discapacidad (43%), seguida de la orientación sexual con (27% )y la identidad sexual (15%). En muchas ocasiones, vienen tanto por parte de compañeros de trabajo (36%) como de supervisores (31%). Este tipo de situaciones les genera secuelas psicológicas, sentimiento de pérdida de autonomía o dificultades en las relaciones sociales.
También muchas afirman que acceden a puestos laborales que no coinciden ni con sus expectativas ni con su formación o experiencia.
El armario que queda por abrir
Con estos y otros muchos datos, este estudio pretende ser «la llave de ese armario que queda por abrir» en el colectivo LGTBI, según el director general de Derechos de las Personas con Discapacidad, Jesús Martín. Es ciencia, ha dicho, y por eso hay que hacerle caso.
La abogada, activista y miembro del equipo ejecutivo de la Federación Española LGTBI+, Ángeles Blanco, ha señalado que a partir de ahora se necesitan políticas públicas para poner en marcha soluciones ante estos datos.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha afirmado recoger el guante: «Si hay un proyecto de país que nos une es seguir ampliando el contenido de nuestra democracia, ampliar los derechos y libertades de las personas, con independencia de su orientación sexual, discapacidad o sus circunstancias», ha concluido.