ASISA, la única compañía de las tres que formaban parte del concierto de Muface que todavía no había desvelado si acudiría o no a la segunda licitación del concierto sanitario -que, desde el sábado, vuelve a no tener plazo-, se mantiene expectante ante el giro de los acontecimientos. Prefiere mostrarse prudente. «Nada que decir hasta que no veamos en qué se materializan los cambios«, señalan a El Periódico de España desde la compañía propiedad de la cooperativa de médicos Lavinia, de capital íntegramente español y ámbito nacional.
El sábado por la tarde, la Mutualidad anunciaba que ha iniciado los trámites para modificar las condiciones que recogen los pliegos de la segunda licitación del próximo concierto y, acto seguido, Adeslas desvelaba que reconsidera volver. ASISA era la única compañía que mostraba interés en continuar en el concierto de Muface tras la marcha de Adeslas y DKV. Tenía hasta este lunes por la mañana para contestar al Gobierno.
El nuevo capítulo de una historia interminable pasa porque, in extremis, Muface ha comunicado que «esta retroacción», publicada en la Plataforma de Contratación, supone dejar sin efecto el plazo de presentación de ofertas y que se acordará un nuevo plazo para que acudan las aseguradoras.
«Para asegurar la congruencia de los distintos elementos que permiten el cálculo del presupuesto base de licitación y del valor estimado del contrato debe procederse a su revisión. De acuerdo con lo anterior, se considera necesario para el interés público y en aras de favorecer la concurrencia, suspender el plazo de presentación de las ofertas, llevar a cabo las modificaciones oportunas y acordar un nuevo plazo de presentación para que los licitadores interesados puedan adecuar la documentación», se indica en una resolución firmada por Myriam Pallarés, directora general de Muface, el mismo 25 de enero.
Estudiando los pliegos
Apenas media hora después del anuncio de Muface, Adeslas desveló que se plantea regresar el modelo porque ha estado manteniendo a lo largo de esta pasada semana diferentes contactos con el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública y fruto de estas conversaciones puede «confirmar que se han producido avances significativos que permitirían resolver la situación actual».
En la primera licitación, como las otras dos aseguradoras, ASISA dejó desierto el concurso. Se fue, el 5 de noviembre, junto a DKV y Adeslas, porque no le interesaban las condiciones de la primera licitación. Una vez analizados con detalle los pliegos para adherirse a los conciertos de las mutualidades administrativas -entonces planteados para los años 2025 y 2026- decidió continuar prestando asistencia sanitaria únicamente a los funcionarios de Isfas y Mugeju.
En el caso de Muface, con una subida de la prima del 17%, consideraban entonces que «las condiciones establecidas en la licitación son insuficientes y no permiten mantener la actual calidad asistencial. A pesar de nuestra firme voluntad de mantener la vinculación, la falta de una financiación adecuada junto a unas coberturas más exigentes en algunos aspectos que las que presta el propio Sistema Nacional de Salud (SNS) y la decisión del resto de entidades de abandonar el servicio a esta mutualidad hacen imposible para ASISA mantener la adhesión al modelo sin poner en serio riesgo la solvencia de nuestra compañía».
Silencio de ASISA
ASISA ha optado desde el primer momento por la prudencia. Desde mediados de diciembre estaba estudiando los pliegos de la segunda licitación, con la oferta mejorada del Gobierno, de una subida de la prima del 33%. Ahora, ya no tiene premura en responder. El plazo se ha suspendido y, además, cambian las reglas del juego porque la modificación de esas condiciones en la segunda licitación propician la vuelta de Adeslas. Es decir, si sigue, ya no estará sola en el modelo.
Ahora, hasta que sobre la mesa, se pongan las nuevas condiciones que establece el Ejecutivo para salvar la mutualidad, ASISA opta por no pronunciarse. En la misma línea, se pronuncia Adeslas, consultada por este diario, que indica que no tiene nada que añadir a lo expuesto el sábado cuando admitió que los «avances significativos» que se han producido en sus conversaciones con Función Pública van por buen camino «permitirían resolver la situación actual y definir un modelo justo, equilibrado y sostenible para Muface».