Manuel Viera
El club taurino de Sevilla ha tenido como invitado en unas de sus actividades al torero José Ignacio Uceda Leal, un ejemplo de torero clásico, puro, y uno de los mejores intérpretes de la suerte suprema del último cuarto de siglo y que lleva por bandera el respeto por la liturgia en el toreo, en la plaza y en la calle, serlo y parecerlo.
El diestro dijo no guiarse por estadísticas, y “aunque mi carrera está prácticamente basada en la plaza de Las Ventas, donde he realizado 71 paseíllos como diestro de alternativa, gozo además de innumerables partidarios, en otras ciudades y en otras plazas, y entre los cuales se encuentran estos amigos del Club Taurino de Sevilla” A ellos, y a mí, me encantaría volver a actuar en la plaza de Maestranza, donde en el año 2010 hice mi último paseíllo”.
Sería un bonito detalle, en esta segunda etapa de su carrera, con la solera que tiene su toreo y teniendo en cuenta que, por su antigüedad, abre cartel y da categoría y prestancia a cualquier festejo sería ilusionente volver a verlo en Sevilla.
Torero de culto y referente de profesionales y de aficionados, el Club Taurino de Sevilla “le agradece su visita, su conversación profunda, sus grandes conocimientos, y, sobre todo, compartir sus vivencias con nosotros de manera cercana y distendida. Por todo ello le mostramos nuestra más sincera admiración y respeto”.
El acto, desarrollado en uno de los salones del restaurante “Las Piletas” de la capital hispalense, se inició con la “entrega a nuestra entidad por parte de Álvaro Ramos Golderos, del cuadro original “Silla y silencio”, la obra que hemos seleccionado, para que una reproducción de esta sea la imagen que entreguemos a final de cada temporada taurina, bajo la denominación de premio “AL SILENCIO”.