El Real Zaragoza se levantó en La Rosaleda, con una reacción a todos los niveles, con una victoria remontando el gol del Málaga de Dioni, con las dianas de Tasende y Pau Sans en la segunda mitad y con una imagen de bloque agresivo, compacto e intenso, un lavado de cara completo con respecto a los dos primeros partidos con Ramírez, que estrenó su casillero de triunfos en el momento oportuno, y a la etapa de caída anterior. El Zaragoza, que volvió a ganar a domicilio tras tres meses sin hacerlo, adoleció, otra vez, de problemas en su área, pero fue mucho mejor en su situación en el campo, en su orden, agresividad (28 faltas en total) y en la capacidad de ir hacia delante.
El triunfo, valioso para de verdad pensar que se puede mirar a la promoción, señaló a Kervin Arriaga como pilar, en buenas actuaciones individuales de Poussin, Tasende, con gol y asistencia, Clemente, Toni Moya o, tras salir desde el banquillo, de Aketxe y, sobre todo, Pau Sans. El Zaragoza, tras una semana de marejada después del doloroso empate ante el Tenerife, ganó en el momento justo, con una victoria fundamental e imprescindible, y dejó claro que el plan de Ramírez, con tres centrales pero con carrileros mucho más altos, puede funcionar. En Málaga, donde solo había ganado el Elche, lo hizo.
Con la misma apuesta por los tres centrales, pero esta vez con las alas con mayor vuelo, y con Kervin Arriaga por delante junto a Keidi Bare para que Toni Moya afilara la presión al lado de Azón y Liso en un 3-4-3 en fase defensiva se plantó el Zaragoza en La Rosaleda, con un punto mucho mayor de agresividad e intensidad que en los dos partidos anteriores con Ramírez y buscando el robo y la verticalidad como premisas fundamentales para hacer daño al Málaga.
El Zaragoza fue valiente en su apuesta, adelantando líneas y situando la presión muy arriba, con marcajes casi individuales, como el de Clemente a Dioni, y con mucha agresividad, que propició el disparo de Toni Moya tras un robo en la primera ocasión zaragocista. El Málaga, muy incómodo de salida, rozó el gol en una falta que Luismi no dirigió de cabeza, pero el partido tenía mejor color para el Zaragoza, que apostaba por salir desde atrás y que en una recuperación de Clemente estuvo cerca de marcar con el disparo de Keidi Bare que despejó Herrero. Otra tuvo Liso, que remató muy mal, tras un centro de Tasende que ganó primero Arriaga y luego Lluís López.
El gol del Málaga fue en un fallo defensivo global, pero el Zaragoza, con un Arriaga monumental, se levantó y siempre fue hacia delante, más intenso y firme que en muchos partidos de este curso
El Zaragoza tenía mucha presencia en ataque, pero el Málaga contaba con la calidad de Cordero o Larrubia y la presión sobre la salida zaragocista propició el error de Liso que Dioni no aprovechó en una doble parada de Poussin y un despeje de Clemente. El tramo final de la primera parte, interrumpido por un inoportuno puntero, fue más del Málaga, que aprovechó alguna imprecisión del Zaragoza, como la que acabó en el disparo de Larrubia a pase de Manu Molina, mientras que, después de una falta que casi embocó Moya, el VAR convenció a De la Fuente Ramos de que no había mano ni penalti de Lluís López en un disparo de Cordero.
El gol de Tasende, decisivo
La segunda parte empezó sin cambios y tampoco los hubo en una concesión defensiva global que acabó en el gol de Dioni a puerta vacía tras asistencia de Lobete para un tanto que era un golpe duro para el Zaragoza, que sin embargo se levantó enseguida con una falta que provocó Luna y que Tasende, con la ayuda de Alfonso Herrero, convirtió en gol de tiro directo más de seis años después del último, que databa de noviembre de 2018, de Pep Biel en Tarragona.
El partido se niveló, el Málaga la tuvo con el disparo de Dani Sánchez que despejó Poussin y en un mal remate de Manu Molina, pero el Zaragoza, apoyado en Arriaga como faro, no cedía un ápice. Ramírez movió el banquillo con acierto, con Aketxe y Pau Sans para situarse arriba ambos con Azón, y Keidi Bare evitó el segundo gol del Málaga impidiendo el disparo de Dani Sánchez justo antes de que llegara la acción que decidió el partido, un robo de Azón, el pase de Aketxe, mucho más fino desde el banquillo, para que Tasende asistiera a Pau Sans, que marcó a puerta vacía en el 72.
Quedaban más de 20 minutos y el Zaragoza redobló esfuerzos e intensidad para que los intentos del Málaga, que jugó al final con tres delanteros tras salir Chupe y Baturina, quedaran en nada y hasta Herrero le negó el tercero a Azón. En La Rosaleda, sin duda, se vio un camino y otro equipo para una victoria y una reacción que por muchos motivos llegaron en el momento más oportuno.