Por mucho que el Gran Canaria se empeñe en querer darle cariño a su gente en los partidos de rivalidad regional, parece que si el Tenerife no da su brazo a torcer, que si impide que la felicidad surja en casa, Canarias va a volver seguir pintado de aurinegro después de que los chicharreros se anotaran la undécima victoria en los últimos 12 derbis disputados.
La imagen final de una de las gradas del Arena con los 300 aventureros de la isla vecina que no cesan de disfrutar de las victorias de su equipo cada vez que se miden al Gran Canaria define lo que es la tónica del último lustro en este tipo de partidos. “Que bote La Laguna”, “Canarias, Canarias y nadie más”, retumbó en el hogar claretiano.
Esta vez ni le hizo falta al equipo tinerfeño de que Shermadini (12 puntos) y Marcelinho (10 asistencias) firmaran un partidazo como es costumbre ante el Dreamland. Ahora, el sentido de equipo chicharrero, con cuatro hombres en dobles dígitos de puntos, dejó claro que ellos siguen siendo el Goliat ante un David que lo intenta pero se da una y otra vez contra una pared (67-70).
Por la parte claretiana, la pareja de pívots Conditt IV y Mike Tobey fueron de lo más destacado con 13 puntos cada uno y llevando el peso de la anotación durante todo el encuentro.
Acumula su sexta derrota consecutiva el equipo amarillo y empieza a descolgarse del vagón de cabeza de la Liga Endesa, al mantenerse con las diez victorias de hace tres jornadas atrás y que su rival de hoy, por ejemplo alcance las 13 y siga a un triunfo de los líderes Valencia y Unicaja.
Como en la primera vuelta
Comenzó el derbi casi de peor forma que el de la primera vuelta liguera, pues el primer cuarto concluyó con un punto más de ventaja para los tinerfeños de lo que había pasado en el Santiago Martín. En Siete Palmas, la primera entrega del choque concluyó 12-21 gracias a un Joan Sastre autor de los ocho últimos puntos aurinegros con dos triplazos anotados con George Conditt saltándole al tapón sobre la bocina de posesión.
Había gozado de más tiros el conjunto de Txus Vidorreta al adueñarse del rebote en los primeros diez minutos. Diez cayeron de su parte por tan solo cuatro claretianos. Muchas segundas opciones con las que el Tenerife iba cogiendo confianza desde el arranque para ir teniendo la sensación de control sobre la pelea.
A todo ello, el reparto de faltas estaba penalizando a los de casa y especialmente a Homesley, el que supuestamente le iba a dar descanso a Albicy en la posición de base y que al acumular dos sanciones en apenas tres minutos, tuvo que resguardarse en el banquillo y que Jovan Kljajic asumiera más responsabilidades de lo que venía haciendo en toda la temporada.
Pero como todo en la vida, si uno no baja los brazos y sigue confiando en poder revertir la situación por mucho oleaje que azote la coraza de su navío, el Dreamland empezó a tomar decisiones para tapar los agujeros por los que le estaba entrando al agua poco a poco.
Encontró Lakovic la forma de incordiar a los laguneros al emplear una rotación larga y emplear a once jugadores en el segundo cuarto.
Especial atención se merecieron los pívots en este periodo, al anotar cuatro puntos tanto Mike Tobey como George Conditt, que estuvo acertado en la defensa individual a Shermadini, al igual que el canterano Massamba Diop.
Consiguió ganarle esta vez el Granca la pelea en el rebote, 12 a 5 en este tramo del encuentro, guarismo que le facilitó llevarse el parcial por 18-11 y llegar al descanso con un 30-32 en el luminoso.
La primera parte se había resuelto con el Dreamland sumando desde el juego interior al lanzar siete tiros más que su rival desde la zona, mientras que Vidorreta se sustentó con los 11 puntos de Joan Sastre, impecable en sus tiros y tres triples anotados, además de la clarividencia un derbi más de Marcelinho, autor de cinco asistencias.
La semilla de la emoción
Comprendió el Gran Canaria que tenía que jugar el cinco contra cinco y mover mucho la pelota para ir encontrando las rendijas defensivas de su contrincante. No desesperarse y aguantar las acometidas laguneras quese iban sucediendo a ráfagas de inspiración.
De esta manera, volvió a apostar por los balones en las inmediaciones del aro rival y que Conditt y Tobey fueran añadiendo puntos a su buchaca. Precisamente con un 2+1 del portorriqueño consiguió el Dreamland volver a disfrutar de una ventaja en el tanteador y colocar el 42-41 en el minuto 26.
Sin embargo, que se pusiera por delante el equipo local reactivó al Tenerife para jugar a una velocidad no antes vista y volver a explotar el dúo dinámico que forman Marcelinho y Shermadini, ya con 11 puntos a la conclusión del tercer cuarto y el 44-49 en lo alto del pabellón.
Se mantuvo la igualdad en todo momento en el último cuarto entre los dos gladiadores. El intercambio de golpes y de comandancias del marcador fue una constante en el tanteador y ninguno conseguía depegarse por más de tres puntos en los últimos instantes del derbi.
Aun así, por mucho que se empeñe el Gran Canaria en intentar revertir la dinámica de los derbis, por mucho que se haya mantenido con opciones como el pasado año en La Laguna, apurando hasta los segundos finales, el conjunto chicharrero tuvo más tino en las últimas posesiones y no le entraron los nervios a pesar de que Conditt había puesto el 62-61 a falta de un minuto y 55 segundos.
Fran Guerra no tuvo piedad del club que nunca ha concretado su interés por él a pesar de ser un pívot formado en la Isla y se tomó la venganza por su mano para anotar dos de las tres últimas canastas aurinegras y dejar el definitivo 67-70.