El concierto en la Catedral de Santiago de Mine Kawakami, con un piano de cristal valorado en un millón de dólares, despertó el interés de cientos de compostelanos. La cita organizada por la marca del instrumento, Kawai CR-M1, junto a la Catedral era gratuita hasta completar aforo. Pero tras pasar horas a la intemperie haciendo cola, la mayor parte se quedaron fuera. La cola llegaba desde Platerías -dando la vuelta a la Quintana- hasta la plaza del Toural.
El malestar fue creciendo dado que cuando por fin se abrieron las puertas, unos guardias de seguridad aseguraron que el aforo estaba completo. «Salieron unos guardias de seguridad y dijeron que no podíamos pasar», indica una de las afectadas, quien asegura que el aforo estaba completo con gente que tenía invitación y entraba por la puerta de la Corticela. En la Quintana empezaron las protestas. «¡Queremos entrar!, ¡Queremos entrar!«, clamaban los presentes. «¡Esto es una vergüenza!», se podía oir.
La pianista pide disculpas
En el interior del templo actuaba la pianista japonesa Mine Kawamaki, que tocaba uno de los pocos pianos de cristal que existen en el mundo traído desde Japón para la ocasión. Durante el concierto, en el que interpretó temas propios, contó con la colaboración del organista de la Catedral, Adrián Regueiro. Kawamaki, que reside la mitad del año en Compostela, se disculpó hoy con los asistentes al evento que no pudieron entrar.
«La artista japonesa Mine Kawakami desea pedir disculpas, muy sinceramente, a todas las personas que no pudieron acceder al concierto celebrado anoche en la Catedral de Santiago», explica en un comunicado la organización del concierto. «La pianista y compositora, poco antes de finalizar su programa musical, ya se dirigió al público asistente y lo hizo partícipe de su aflicción por esta causa mostrando su pesar», prosigue. Kawakami confía en repetir próximamente el concierto y poder compensar en cierta forma a las personas que quisieron escucharla.