Hay una fuerza superior que nos hace gravitar hasta la tierra que nos ha visto nacer, que nos ha visto crecer. Tras meses lejos del hogar, decenas de libaneses han amansado gran cantidad de ella y han decidido volver a casa, cueste lo que cueste. De momento, ha costado 22 vidas atravesadas por las balas israelíes. Con horas en el contador final hasta la expiración del alto el fuego, que las autoridades hebreas han querido alargar 30 días más, centenares de personas han intentado retornar a sus aldeas fronterizas en el sur del Líbano. Llegando a pie, en coche o en motocicleta, se han encontrado con vehículos militares israelíes que les impedían el acceso a sus pueblos. Eso no les ha impedido intentarlo con más fuerza.
A finales de noviembre, después de dos meses de brutal guerra contra el Líbano, que arrasó con casi 4.000 vidas, Israel y Hizbulá llegaron a un acuerdo de alto el fuego. Las tropas israelíes tenían 60 días para retirarse de las aldeas fronterizas que llevaban ocupando desde la invasión terrestre iniciada el 1 de octubre. Mientras los soldados extranjeros reculaban, el Ejército libanés tomaría posiciones para evitar que las ocuparan los milicianos de Hizbulá. Ese plazo de 60 días expira este domingo, sin que se hayan cumplido las condiciones. El viernes Israel ya expresó su intención de extender su presencia allí durante 30 días más.
Pero el pueblo libanés, que lleva casi 16 meses desplazados de sus casas, no lo han aceptado y han decidido que esta noche dormirán en lo que quede de sus hogares. Las fuerzas israelíes siguen ocupando al menos nueve aldeas en la frontera. Ante el intento de avanzar de decenas de ciudadanos, desafiando las prohibiciones del Ejército extranjero, los soldados han abierto fuego contra la población civil, matando a 22 personas e hiriendo a 124. Entre los muertos había seis mujeres y un soldado del ejército libanés, según informó el Ministerio de Salud en un comunicado. Los heridos se han repartido en casi 20 pueblos de la zona fronteriza. En muchos de ellos, los soldados libaneses han acompañado a sus ciudadanos en su intento de volver a casa.
Población civil
“La soberanía y la integridad territorial del Líbano no son negociables”, ha dicho el presidente Joseph Aoun en una declaración dirigida al pueblo del sur del país este domingo. “Estoy haciendo seguimiento a esta cuestión al más alto nivel para garantizar sus derechos y dignidad”, les ha prometido el recién elegido mandatario, que no lleva ni un mes en el cargo. El Ejército israelí, por su parte, ha culpado a Hizbulá de incitar las protestas de este domingo. Sus tropas realizaron disparos de advertencia para “eliminar amenazas en varias zonas donde se identificó a sospechosos aproximándose”, según afirma en un comunicado. La mayoría de los que se han concentrado a las puertas de sus aldeas eran civiles, aunque algunos llevaban banderas de Hizbulá, mostrando su apoyo al grupo.
Durante estos 60 días, el Ejército libanés ha podido acceder a algunas de estas aldeas fronterizas. La Agencia Nacional de Noticias del Líbano informa que después de que los residentes ingresaran a la ciudad de Aita al Shaeb para inspeccionar sus hogares tras el despliegue de las tropas libanesas, se observó claramente que el grado de destrucción superaba el 98%. Bajo los escombros, se han hallado al menos 24 cadáveres. Gran parte de las regiones occidental y central a lo largo de los 120 kilómetros de frontera están nuevamente en manos del Estado. Pero, en muchos otros pueblos, estas tropas no han podido cumplir con su parte del acuerdo de alto el fuego, ya que los soldados israelíes no se habían retirado, cometiendo otra violación del pacto.
«Riesgo de socavar la seguridad»
El presidente del Parlamento, Nabih Berri, quién, como aliado de Hizbulá, tuvo un papel central durante las negociaciones del alto el fuego, ha declarado que el derramamiento de sangre del domingo “es un llamado claro y urgente para que la comunidad internacional actúe inmediatamente y obligue a Israel a retirarse de los territorios libaneses ocupados”. “Una mayor violencia corre el riesgo de socavar la frágil situación de seguridad en la zona y las perspectivas de estabilidad inauguradas por el cese de las hostilidades y la formación de un Gobierno en el Líbano”, ha denunciado la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL).
La Coordinadora Especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, y el jefe de la FPNUL, el teniente general Aroldo Lázaro, han lanzado un comunicado conjunto. “El hecho es que los plazos previstos en el Acuerdo de noviembre no se han cumplido; como se vio trágicamente esta mañana, aún no están dadas las condiciones para el regreso seguro de los ciudadanos a sus pueblos a lo largo de la Línea Azul”, la frontera no oficial entre Israel y el Líbano, afirma el texto. El Ejército israelí no ha especificado cuánto tiempo prevé quedarse en el Líbano, mientras que Estados Unidos, al frente del comité de monitoreo de la tregua, ha dicho que una corta y temporal extensión del plazo de retirada es necesaria.