Fiesta grande en El Alcoraz con una SD Huesca que es ahora mismo un avión y que goleó a un Cartagena que dio muy mala imagen, como justifica su posición de colista en la tabla, en su visita al campo del ciclón oscense, que llega a los 40 puntos y que ya tiene que cambiar de forma obligada las miras, con la vista puesta en el ascenso, en al menos alcanzar, la promoción y no en no bajar. Y es que los de Antonio Hidalgo suman nueve jornadas sin perder, con 21 puntos de 27 posibles y un balance de 6 victorias y tres empates, con tres partidos seguidos sin caer.
Con ese gran momento el triunfo, sellado con los goles de Sielva, de penalti en la primera parte, y de Joaquín Muñoz, Pulido y Hugo Vallejo en la segunda mitad, supone recuperar el puesto de playoff, ya que el Huesca es sexto ahora mismo. El cuadro azulgrana llevó la iniciativa del partido desde el principio y dominó territorialmente al Cartagena, como ya era previsible, dada la diferencia en la tabla entre ambos equipos.
El Cartagena tuvo una ocasión de inaugurar el marcador en el minuto 15 por que medio de Andy, que lanzó una falta desde fuera del área que salió junto al poste derecho de Dani Jiménez. El encuentro fue lento en la primera parte con el Huesca jugando a medio gas y el Cartagena muy timorato.
Tras una acción en la que el balón rozó un brazo de Aguirregabia, en un saque de esquina, el VAR revisó la jugada y el colegiado señaló un penalti que transformó Sielva en el minuto 29. El gol del Huesca no cambió el guion del partido, soporífero, con un fútbol muy lento y previsible.
El Huesca encarriló la victoria en el minuto 52 con una diana de Joaquín ante un equipo muy frágil y pudo aumentar su ventaja en el 62 por medio de Blasco, que remató al poste izquierdo de la portería de Campos. El Cartagena, eso sí, rondó el gol en el minuto 70, cuando Gastón se plantó solo delante de Dani Jiménez, que le quitó el balón de los pies, y casi lo mismo le ocurrió a Joaquín en el 76. Sin embargo, el tercer gol del Huesca lo firmó Jorge Pulido y el cuarto Hugo Vallejo en pleno desconcierto del Cartagena, arrollado por el huracán oscense.