El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha confirmado este viernes que su ejército retrasará su retirada del sur del Líbano más allá de los 60 días iniciales estipulados en su acuerdo de alto el fuego con Hezbolá, que expiraban este domingo, al entender que no era un plazo definitivo y que el Ejército libanés todavía no ha garantizado la seguridad de la zona.
El 27 de noviembre de 2024, Israel y Hezbolá acordaron un alto el fuego que incluía la entrega de los territorios ocupados por las tropas israelíes al Ejército del Líbano antes del 26 de enero. Desde entonces, ambos países han acusado al otro de violar el acuerdo, atacando zonas en los dos lados de la frontera.
El primer ministro israelí ha explicado que el proceso de retirada queda condicionado al despliegue «eficaz y completo» del Ejército libanés en la zona y la retirada de Hezbolá más allá del río Litani, términos que según el mandatario no se han cumplido hasta el momento.
Ahora, y «dado que el acuerdo de alto el fuego aún no ha sido aplicado plenamente por el Estado del Líbano, el proceso de retirada gradual continuará en plena coordinación con Estados Unidos», ha hecho saber la oficina del primer ministro de Israel en un comunicado recogido por medios israelíes. Sin embargo, la Fuerza de defensa de Israel ha afirmado que continuarán sus “esfuerzos por eliminar amenazas en el sur del Líbano mientras se mantiene el alto al fuego entre Israel y el Líbano”.
Netanyahu entiende que la cláusula del alto el fuego correspondiente a la retirada de las fuerzas israelíes deja la puerta abierta a una prórroga del proceso de retirada, pero Hezbolá había avisado esta misma semana de que el grupo entiende el domingo como fecha límite y aseguran que si las fuerzas israelíes no completan su procedimiento para entonces dará por roto el cese de hostilidades.
También el presidente del Líbano, Joseph Aoun, había pedido la retirada israelí del sur del país «dentro de los plazos fijados» tras denunciar también «la continuación de las violaciones terrestres y aéreas israelíes», deplorando en particular «la dinamización de casas y la destrucción de pueblos fronterizos, lo que va en contra del acuerdo».
Dos altos al fuego complicados
Israel ha acordado el alto al fuego en el Líbano y también en Gaza tras periodos prolongados en conflicto. Ambas poblaciones han sufrido de altos números de población desplazada junto con muertes de civiles. Además, en ambos países el acuerdo es volátil.
En el caso del alto al fuego en Gaza, pese a ser un gran avance para la población, no significa la paz. El acuerdo tiene una duración de 6 semanas en los cuales Hamás y el gobierno israelí tienen que llegar a un acuerdo para finalizar con el conflicto en la Franja de Gaza. Estados Unidos ha dejado claro que no podrá haber avances si Israel no reconoce el Estado Palestino, algo que complicará la posición de los países mediadores al organizar el liderazgo del Estado.
En el Líbano, el alto al fuego es más duradero, pero ha estado marcado por la tensión. Hezbolá ha sufrido una derrota con el establecimiento de un gobierno sin sus políticos que no están acorde con sus intereses, lo que podría volver al grupo más reactivo y volátil en los conflictos en los que está involucrado. A esto se le añade sus bajas militares de líderes del brazo militar del partido, lo que resulta en un Hezbolá debilitado.