La historia del Mar de Aral es una de las más vivas demostraciones de la capacidad humana para arruinar un amplísimo ecosistema y empobrecer a millares de personas en muy pocos años. Un lago enorme, que llegó a ser el cuarto mar interior del planeta en cuanto a extensión, y con gran actividad pesquera, ubicado en Asia Central, es hoy un inmenso desierto con solo unos pequeños fragmentos de agua. Son célebres las imágenes de grandes buques encallados en la arena sin vestigio alguno de mar en muchos kilómetros a la redonda. Y, sin embargo, también es posible revertir este desastre: ya se está haciendo.

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