Dos mujeres, de 30 y 40 años, han tenido que ser rescatadas en helicóptero este sábado al mediodía tras quedar atrapadas en la montaña Maigmó, a la altura de Castalla, por los Bomberos del Consorcio Provincial.

La intervención ha comenzado sobre las 14 horas cuando se ha recibido el aviso de que dos mujeres habían quedado enriscadas tras desorientarse y no poder descender de la montaña.

Las mujeres se encontraban haciendo una ruta por la vertiente norte del Maigmó, a donde tuvo que dirigirse el helicóptero Alpha 1 con un grupo de rescate de montaña.

Una vez localizadas, descendieron los rescatistas y las subieron al helicóptero. No habiendo lesiones, se les dejó en un lugar cercano al punto de inicio de su ruta. Finalizando así el rescate a las 15: 14 horas.

Por otra parte, los bomberos también han rescatado en helicóptero a un ciclista de nacionalidad inglesa de unos 20 años de edad que ha sufrido un accidente al salirse de la vía y caer por un barranco con un desnivel de aproximadamente cuatro metros en Dénia.

Fruto del accidente, sufrió un fuerte golpe en la pierna izquierda y en la cadera. Dotaciones de los bomberos de Dénia accedieron por la carretera hasta el lugar del accidente, y una vez localizado el ciclista lo inmovilizaron en una camilla de rescate, y lo portearon hasta el helicóptero sanitario que esperaba en la carretera para su traslado al hospital.

Fuegos en invierno

De cara a los incendios en viviendas en épocas de frío, que ya han dejado dos muertos en Alicante, los bomberos recomiendan comprobar todos los dispositivos y aparatos de calefacción, ya que en Alicante «no estamos acostumbrados al frío», señaló en una entrevista con este medio César Alcaraz, portavoz del Consorcio Provincial de los Bomberos de la Diputación de Alicante.

«Cuando empieza el invierno aumenta el consumo eléctrico por calefacción y de braseros, chimeneas y demás. Se pueden producir sobrecargas eléctricas, por lo que recomendamos siempre que se utilicen los dispositivos que se compran en tiendas oficiales», indicó.

Los productos deben haber pasado controles de fabricación para garantizar su seguridad, algo que no siempre ocurre con algunos dispositivos de baja calidad que pueden encontrarse a un precio inferior a los homologados y que al final pueden salir muy caros.

Este problema se acentúa en el caso de los mayores que viven solos, ya que «la alerta no es tan temprana como si viviera con gente y puede no darse cuenta. También ocurre con cosas que dejamos en el fuego a cocinar», apunta.

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