A estas alturas de partido nada habría de sorprendernos. Y mucho menos enojarnos. Aun así, la grosera estulticia -cuando no maldad- de cuantos pretenden imponer a los demás su régimen de plato único bien merece una sonora reprimenda: recién finalizado el sorteo de la Copa del Rey, que empareja en la eliminatoria de cuartos de final al Valencia y al Barcelona, varios medios de comunicación madrileños, tanto generalistas como deportivos, lamentan en letras de molde que no haya «clásico». No es una novedad, por descontado. Ya en la ronda anterior los mismos diarios, portales u opinadores se han expresado en idénticos términos, un argumento replicado, por afán de mímesis o pereza, por buena parte de la prensa española. 

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