La presencia de Israel en Eurovisión siempre es motivo de críticas al festival, especialmente desde el año pasado, después de una agresión prolongada durante quince meses sobre la Franja de Gaza que ha tomado tintes genocidas. La edición de 2024 ya sumió al certamen en una complicada crisis de imagen, y para la de este año, el ente sionista ha elegido a Yuval Raphael, una de las supervivientes del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.

La cantante, de 24 años, salió triunfante del programa HaKokhav HaBa (La próxima estrella) de la cadena pública Kan, un formato equivalente al Benidorm Fest español, que hace las veces de seleccionador para representar la propuesta israelí. «No puedo explicar lo emocionada y preparada que estoy. Gracias por darme este gran honor y confiar en mí para representar a mi país en el gran escenario de Eurovisión en Suiza», expresó la cantante.

La artista relató que logró ser rescatada tras el ataque de Hamás escondiéndose durante varias horas en un refugio, donde solo sobrevivieron 11 de las 40 personas presentes. «La música es uno de los grandes recursos para mi proceso de curación. Quiero mostrarme firme ante lo ocurrido y frente a los abucheos, que estoy segura al cien por cien que vendrán de la multitud», explicó también en el programa.

En la edición de 2024, el público pitó fervorosamente a Eden Golan, representante israelí, e incluso algunos de los participantes lanzaron consignas contra la ocupación de la Franja de Gaza. Además, miles de personas salieron a las calles de Malmö, la ciudad anfitriona, para protestar por la presencia de Israel en el concurso y para pedir el cese del conflicto armado. A su vez, el hecho de que la UER prohibiese participar a Rusia con motivo de la guerra de Ucrania pero Israel tuviera carta blanca para perpetrar un genocidio en Gaza sin ser castigado con la no participación fue tomado por muchos seguidores del festival como una fuerte muestra de hipocresía y un claro agravio comparativo. Cabe destacar, a su vez, que el principal patrocinador de aquella edición fue Moroccan Oil, una compañía israelí.

La geopolítica en Eurovisión

Tanto la artista como la cadena han publicitado esta historia con una fuerte intencionalidad política, en un movimiento que forma parte del aparato propagandístico israelí. Esta situación pone en apuros a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del festival, que siempre proclama que el evento no es un espacio relacionado con la política, aunque siempre se escenifican vínculos y conflictos geopolíticos en él casi de manera inevitable.

Originalmente, este festival fue concebido para celebrar la nueva unidad del continente europeo. Eurovisión nace en el año 1956, intentando utilizar la música como un vehículo conductor de la unidad y la prosperidad. No obstante, la siguiente década puso sobre la mesa que aquella Europa que pretendía consolidarse estaba todavía en pañales. Entre bambalinas, las tensiones comenzaron a aflorar por la instrumentalización de Eurovisión. De hecho, España es el mejor ejemplo para explicarlo: nuestro país, todavía sumido en la dictadura, se incorporó a la competición musical en el año 1961, y algunos países como Austria llamaron al boicot por la incorporación de la entonces España franquista. Así, el país centroeuropeo abrió un melón: ¿Cómo era posible que este Festival, abanderado de la unidad, la igualdad, el respeto y la democracia, permitiese la incorporación de un régimen dictatorial? Desde entonces, las reivindicaciones políticas se han ido sucediendo en los escenarios.

A su vez, este fenómeno también viene dado por otra razón: la popularidad del evento y su carácter de exportación de los respectivos productos nacionales lo convierten en un escaparate enorme para el resto del mundo. Las tradiciones y los elementos folclóricos de cada país encuentran un espacio para que el resto del mundo se haga eco de ellos, pero también lo hacen los intereses políticos de cada país, de maneras más o menos veladas. Esto no solamente puede escenificarse a través de las canciones o con reivindicaciones directas, sino también a la hora de efectuar el reparto de votos.

Así las cosas, por segundo año consecutivo, la participación de Israel en Eurovisión estará relacionada con lo ocurrido en la Franja de Gaza. En la edición anterior, la delegación israelí tuvo que modificar la letra de la canción que planeaba presentar en el escenario de Malmö porque hacía referencia a los ataques de Hamás. De no hacerlo, hubieran sido descalificados por la naturaleza política de su propuesta. Hasta marzo no podrá saberse la canción y la letra que interpretará Yuval Raphael.

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