El coronel de la Guardia Civil en Cádiz se encontraba en la final del COAC mientras sucedía la tragedia de Barbate, según ha podido saber El Correo de Andalucía. Este evento celebrado en el Gran Teatro Falla arrancó a las 20:00 del 9 de febrero, unos minutos antes de que una narcolancha arrollara la zodiac en la que iban seis agentes. Tras el aviso de las muertes de dos de ellos, sin embargo, el mando se desplazó de inmediato hasta el lugar de los hechos, tal como señalan los testigos.
Según el informe elaborado por la UCO, desde el 8 de febrero a las 18:50 «se pudo observar la llegada de cuatro embarcaciones de alta velocidad al puerto de Barbate, las cuales son abaorladas a la entrada de la bocana». No obstante, no se decide actuar ante la presencia de estas narcolanchas hasta la jornada siguiente, 9 de febrero. Ese mismo día a las 20:22 se inicia «el desplazamiento de la embarcación del GEAS». Seis minutos después, a las 20:28, esta zodiac de 4,7 metros de eslora «regresa al pantalán flotante tras haber sido embestida».
«El coronel que dio la orden de actuar estaba en el palco del Teatro Falla, viendo la final del carnaval», criticaron poco después del suceso varios agentes gaditanos a La voz del sur. Según el relato del sargento que sobrevivió al ataque, esa misma tarde avisó a sus superiores del peligro que suponía intervenir con los medios disponibles. «Coronel, con estas embarcaciones es un riesgo», asegura que le dijo. Desde la oficina de comunicación del Instituto Armado han declinado hacer una valoración al respecto.
«Me pareció corto el periodo de tiempo desde que me hizo la última llamada [el coronel de Cádiz] hasta que ocurrió todo», le contó el sargento al padre de Miguel Ángel González, una de las víctimas mortales, durante una conversación que ambos mantuvieron en junio. «El tío [en alusión al coronel] se vino después de lo ocurrido a Barbate. Me preguntaba por lo sucedido, estaba muy nervioso», afirmó este testigo presencial de los hechos.
Los mandos de la Benemérita, en el foco
«Con esas embarcaciones nos pueden pasar por encima». Esta fue la advertencia que este sargento afirma que le dijo al teniente coronel de Operaciones de la Guardia Civil de Algeciras sobre las 15:30 de aquel 9 de febrero. La conversación telefónica se produjo horas antes de que una narcolancha arrollara la zodiac en la que fallecieron David Pérez y Miguel Ángel González. Ahora la defensa de la familia de González, representada por el abogado Miguel Lozano, ha puesto sobre la mesa este testimonio para intentar reabrir el caso contra los mandos de la Benemérita.
La grabación presentada el pasado viernes ante el Juzgado de Barbate recoge la citada charla entre el sargento superviviente y el padre de González. En ella, este guardia civil detalla cómo sucedió todo aquel fatídico día, y declara que advirtió a sus superiores en varias ocasiones del riesgo que entrañaba la actuación. Con esta prueba se intenta reabrir un caso contra el general jefe de la Zona de Andalucía y el coronel de la Comandancia de Cádiz que la Audiencia Provincial archivó hace dos meses.
En el audio, de 50 minutos de duración, también se oye al sargento decir: «Cuando hablo luego con el coronel de Cádiz, me comenta: ‘Ya te ha contado el teniente coronel lo que pretendemos en el puerto de Barbate: que tú te cojas dos embarcaciones pequeñas. Allí hay personal del GAR y del Servicio Marítimo'». «Coronel, con estas embarcaciones, esto es un riesgo», respondió entonces el sargento. «‘Sí, pero ya sabes quién ha estado aquí esta mañana, el ministro Marlaska‘. Y le vuelvo a manifestar: ‘Coronel, con estas embarcaciones nos pueden pasar por encima'».
«Se cortó desde inicio la posibilidad de defensa»
«El auto de la Audiencia Provincial se dictó con inobservancia de cualquier tipo de prueba«, afirman a este periódico fuentes jurídicas cercanas al caso. «Se acordó el sobreseimiento desde el mismo inicio de la causa, sin que la jueza pudiera practicar diligencias. Se cortó desde inicio la posibilidad de defensa de las partes», detallan.
En un momento de la conversación entre el padre de Miguel Ángel González y el sargento que sobrevivió a la tragedia, después de relatarle toda la secuencia de llamadas, le confiesa: «Lo tengo todo grabado». Sin embargo, estos audios con las conversaciones telefónicas mantenidas entre este superviviente y sus superiores el día de los hechos no se pudieron incluir a la causa.
El sargento que sobrevivió asegura que grabó las conversaciones telefónicas con sus superiores el día de la tragedia, aunque no se aceptaron como prueba
Ahora, con la solicitud de reapertura del caso, las partes personadas esperan poder presentar nuevas pruebas que permitan depurar responsabilidades. «Este grave suceso ha de tener responsables, tanto para los narcotraficantes como a nivel interno», apuntó la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en un comunicado difundido cuando interpuso la denuncia contra los mandos del Instituto Armado, en mayo de 2024.
Una nueva acusación
«Yo no soy capaz de decirle a un coronel que no voy, pero les informo del riesgo que corremos con esas embarcaciones«, son las palabras con las que el sargento se defiende ante el padre. La clave está, por tanto, en la acatación de órdenes en la cadena de mando. Justo por esto la familia de Miguel Ángel González ha pedido reabrir el caso por homicidio con dolo eventual. Un delito diferente a los que calificaron la Jucil y AUGC, las dos asociaciones que interpusieron el pasado mayo las denuncias por homicidio imprudente y contra la salud de los trabajadores, respectivamente.
«Este tipo penal se fundamenta cuando el autor, previendo el resultado lesivo como posible, actúa aceptando el riesgo de que dicho resultado se produzca. Esta aceptación del riesgo es el elemento diferenciador entre el dolo eventual y la imprudencia grave», argumenta el abogado Miguel Lozano en su solicitud de reapertura. «El sargento advirtió reiteradamente al coronel, antes y durante el operativo, sobre la peligrosidad de continuar con las órdenes en esas condiciones», subraya.
Además, la acusación justifica que el coronel «tenía un conocimiento claro del riesgo» porque también era consciente de «la inadecuación de los medios asignados al operativo». «La embarcación oficial de la Guardia Civil era inferior en potencia y maniobrabilidad frente a las narcolanchas, reconocidas por su capacidad para embestir y superar en condiciones adversas a las fuerzas de seguridad».
«El resultado mortal era previsible y concreto porque la combinación de una embarcación inadecuada, condiciones climáticas adversas y la naturaleza agresiva de las narcolanchas hacía altamente probable un desenlace fatal», detalla el letrado. «Y el coronel, como responsable operativo, estaba plenamente capacitado para prever estos riesgos. Tuvo tiempo y capacidad para modificar sus órdenes, pero no lo hizo, y persistió en su conducta a pesar de prever la posibilidad del desenlace mortal».