Peligro para niños y padres
Se refería al último inquilino del solar, un circo que recogió su carpa el domingo pasado tras cumplir un mes en Alicante. Para instalar su escenario perforaron el suelo en varios puntos del espacio , sin llegar a repararlos después de su partida.
Uno de los múltiples pequeños agujeros en la zona de aparcamiento. / Jose Navarro
Pasados cinco días, los desperfectos permanecen y, mientras subía a su pequeño al asiento del vehículo, Ana Belén Marín comentó su experiencia: «Aparqué aquí sin saber que estaba el bache y por poco no me caigo al salir del coche, esto tendrán que taparlo «. Otra señora que venía a buscar a su nieto y que no quiso compartir su nombre opinó que «si el Ayuntamiento autoriza a un circo, pues será el Ayuntamiento el que tenga que arreglarlo».
El descampado pertenece a la Generalitat
Pero la realidad es que este solar, que en toda su extensión ocupa 13.800 metros cuadrados, no es de titularidad municipal . Pertenece a la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVha), y siempre que se organizan eventos en él, la autorización va dirigida al organismo autonómico. Este periódico preguntó, sin éxito, tanto a fuentes de la Conselleria de Vivienda como a responsables del circo para conocer si el titular del terreno estaba al tanto de los daños y si serían reparados , así como por posibles reclamaciones.
En todo caso, al haberse instalado el espectáculo en un terreno y no en la vía pública, el Ayuntamiento no tiene competencia ni responsabilidad alguna sobre las perforaciones. Deberá ser la institución dueña del local la que se encargue de tapar los baches y exigir responsabilidades a la empresa que los hizo, aunque el mal estado del aparcamiento va bastante más allá de los hoyos.
Historial de abandono
Estos últimos desperfectos tan solo se suman a un largo historial de deterioro en la parte asfaltada -la mitad sur- del solar. A diferencia de otros descampados de titularidad municipal del barrio de San Blas que hace 9 años fueron asfaltados y acondicionados para eliminar problemas como el movimiento de tierra de los vehículos, el terreno «multiusos» de la avenida Doctor Rico ha hecho el viaje contrario en los últimos tres lustros: de contar al menos con una mitad bien asfaltada y con plazas y accesos señalizados, a tener un pavimento accidentado, sin ningún tipo de marca vial tras ser borradas por el tiempo.
La otra mitad de la parcela, que siempre ha sido de tierra, está sencillamente a merced de la lluvia y el sol . Mientras pasan los años, estos 13.800 metros de suelo urbano baldío van alternando usos sin que, de momento, se encaminen a su verdadera finalidad: acoger cientos de viviendas públicas. Quizás el mejor uso que podrían darle los alicantinos a este trocito de la ciudad.