Ni un reproche a sus jugadores. Ni uno solo tuvo Míchel tras consumarse en San Siro el adiós a la Champions. «No nos ha dado para competir. No sé si por el modelo o por la inexperiencia«, reconoció el técnico de Vallecas tras caer ante el Milan, fulminados por el zurdazo de Leao en la primera mitad y sin respuesta ofensiva durante los 90 minutos.
Y se despide el Girona tras competir con dignidad ante Liverpool (0-1) en Montilivi y Milan (1-0) en San Siro, siendo incapaz de festejar ningún gol. «SI hay algún responsable de esta mala, entre comillas, Champions soy yo», llegó a decir Míchel para exculpar a su equipo del papel que ha tenido su equipo. El Girona ha perdido en seis de las siete jornadas europeas.
«Estoy orgulloso de los jugadores, han hecho lo que les hemos pedido”, admitió Míchel, dolido y “triste” porque su equipo “sufrió mucho en las transiciones” además de desperdiciar varias ocasiones claras de gol, como la Van de Beek y Yangel Herrera, además de un tanto anulado por fuera de juego de Bryan Gil.
«La uña de Bryan»
“La uña de Bryan hay que cortarla”, ironizó el técnico del Girona en torno a la ajustadísima posición ilegal que detectó el VAR del extremo andaluz, quien, además, se llevó una tarjeta amarilla que le impedirá jugar la última jornada de la Champions la próxima semana en Montilivi ante el Arsenal.
Bryan Gil no entendía lo qué había pasado. «Me parece sorprendente que se puedan tomar decisiones tan rápidas cuándo luego veo en la Champions o en la Liga que tardan minutos y minutos. Aquí la han visto muy rápida. El linier ya la ha pitado enseguida», dijo el extremo andaluz. «Confiemos en que la tecnología no falle, pero tengo mis dudas«, añadió el delantero del Girona.
El análisis de Míchel iba mucho más allá de esa acción polémica. «Ganar un partido de siete posibles quiere decir que mi idea no ha dado los frutos deseados en esta Champions. Es una realidad», argumentó el entrenador del Girona, recalcando que «necesito ganar en experiencia para poder competir con más eficacia. ¿Pesimista? No, estoy triste porque mi modelo de juego marca a mis futbolistas y ellos no han renunciado a nada de lo que les he dicho en estos siete partido, pero no ha dado resultado».
Cuatro goles marcados en siete jornadas
Esa es la frustración que embarga a Míchel. El Girona solo ha marcado cuatro goles en Europa: dos en la derrota en casa contra el Feyenoord y en las dos en la única victoria, también en Montilivi sobre el Slovan. Ha generado mucha producción ofensiva, pero su remate ha sido desacertado. En Milán le pasó más de lo mismo.
«No hemos tenido eficacia, eso es responsabilidad del entrenador porque el jugador nunca ha dejado de creer en la idea»
En San Siro sumó su cuarto encuentro consecutivo en el que se quedó seco, a pesar de que el técnico acabó sacando a todos los delanteros que tenía en el banquillo para intentar romper esa mala racha. Pero no lo consiguió. «No hemos tenido eficacia, eso es responsabilidad del entrenador porque el jugador nunca ha dejado de creer en la idea. Tengo que ayudarles para que sean protagonistas en el juego como hasta ahora pero que ganen partidos», dijo el técnico autoexigiéndose más, tras haber vivido «la espectacular experiencia» de conocer San Siro, uno de los grandes estadios del fútbol europeo.
No ha querido Míchel ampararse en el profundo cambio que ha vivido su equipo esta temporada con la marcha de las piezas más importantes. «Estoy creciendo como entrenador. El año pasado tenía otras características de plantilla y todo fluía mejor. Pero no es acordarse del pasado sino de decir que con lo que tenemos ahora debemos ser más eficaces. Al jugador no le puedo decir nada. Me voy de Europa con las ganas de volver», indicó el técnico del Girona.