DAVOS, Suiza — Israel, según el ministro de Economía Nir Barkat, desea una Gaza pacífica, aunque aún no decide si financiará su reconstrucción. Barkat aclaró que no permitirá un renacer del gobierno de Hamás, al que responsabiliza de posibles nuevos ataques transfronterizos.

El domingo entró en vigor un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes entre Israel y Hamás, tras 15 meses de conflicto que devastaron Gaza y encendieron tensiones en Oriente Medio. Este cese al fuego surgió tras el ataque de octubre de 2023 de Hamás, que desencadenó una ofensiva israelí. Ahora, el debate gira en torno a las posibilidades de una paz duradera.

En el marco del Foro Económico Mundial en Davos, Barkat declaró a Reuters que Gaza solo podrá reconstruirse si Hamás abandona su postura bélica y busca la paz con Israel. Comparó el posible desarrollo de Gaza con Dubái, destacando que esta última reconoció a Israel y priorizó el crecimiento económico mutuo, a diferencia del modelo actual de Gaza bajo el régimen islamista desde 2007.

Israel lanzó su ofensiva tras el ataque del 7 de octubre de 2023, que dejó 1,200 muertos y 251 rehenes. Desde entonces, el Ministerio de Salud en Gaza, bajo control de Hamás, reporta más de 46,000 muertos, aunque no distingue entre civiles y combatientes. La ONU señala que gran parte de los 2.3 millones de habitantes del enclave han sido desplazados repetidamente debido a la destrucción generalizada.

El primer ministro Benjamin Netanyahu ha reiterado que la guerra continuará hasta desmantelar a Hamás, argumentando que su eliminación es clave para la seguridad israelí. Mientras tanto, potenciales donantes como los Emiratos Árabes Unidos y el gobierno de Donald Trump han resaltado que Hamás no debe mantener el control de Gaza tras la guerra.

Sin embargo, tras el cese al fuego, Hamás ha retomado el control administrativo, restaurando servicios básicos y reafirmando su autoridad pública. Por su parte, Barkat indicó que Israel aún no decide sobre su participación financiera en la reconstrucción, aunque está dispuesto a aceptar aportes de otros países, siempre que no supongan riesgos para Israel.

El retorno de Trump a la presidencia, reemplazando a Joe Biden, ha modificado las dinámicas israelíes. Barkat señaló que esta nueva administración ofrece un respaldo sólido, potenciando la posición israelí en la guerra y en el establecimiento de nuevas alianzas regionales.

Los Acuerdos de Abraham, impulsados por el gobierno anterior de Trump, permitieron a naciones como Emiratos Árabes Unidos y Bahréin normalizar relaciones con Israel, principalmente por preocupaciones compartidas sobre Irán. Marruecos también reestableció vínculos con Israel, aunque desvinculando este proceso de los acuerdos. Estos avances, según Barkat, podrían expandirse hacia Arabia Saudita y otras naciones árabes con el regreso de Trump.

En cuanto a Turquía, Barkat confirmó que no se ha progresado en la reanudación de relaciones comerciales tras su interrupción el año pasado por la guerra. Ankara, crítica de Israel y simpatizante de Hamás, podría reconsiderar su postura si el alto el fuego se mantiene.

Además, Barkat expresó su rechazo al presupuesto de austeridad propuesto para 2025 en Israel, que incluye alzas tributarias y recortes, argumentando que un enfoque en el crecimiento económico puede compensar rápidamente la deuda acumulada por los gastos de guerra.

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