El pasado jueves viajaba un cargamento de pimientos de la variedad california en la bodega de un avión. Iban atravesando el Atlántico en dirección a Estados Unidos. Un contenedor de más de mil kilos de pimientos gruesos, de los carnosos y chatos. Un pimiento categoría premium. En avión, por ser un producto fresco, como es preceptivo. La empresa agrícola almeriense que los vendía – una de las 6 de España que están suscritas al programa de exportaciones a Estados Unidos de frutas y verduras- había pagado por ese flete de avión a un euro y medio el kilo.

En paralelo, a Almería llegaba la comunicación del cierre de fronteras a la ventana de exportación del pimiento español. La carga de pimientos llegó a EE.UU, se quedó en un limbo y, finalmente, fue adquirida por Canadá, país que no exige protocolos. Afortunadamente, los pimientos no se destruyeron y la empresa almeriense no ha perdido mucho dinero.

El jueves aún no había tomado posesión como presidente Donald Trump, por lo que la decisión, unilateral y amparada en criterios de las autoridades sanitarias, se tomó en los estertores de la administración Biden. ¿Había alguna alerta sanitaria con respecto al pimiento california de Almería para suprimir su entrada? En absoluto. En el trasfondo, subyace que lo sucedido, es «un aviso a navegantes», según interpretan todas las fuentes consultadas por este periódico.

Andrés Góngora, secretario general de COAG Almería, indica a EL ESPAÑOL que lo de los pimientos almerienses «no tiene nada que ver con los aranceles«, pero sí con una decisión «unilateral» tomada por la administración sanitaria estadounidense que nada tiene que ver con los criterios sanitarios de los pimientos, ya que «no existe ningún tipo de alerta sanitaria con respecto a los pimientos». Por ello, cree que lo sucedido es «un mensaje». 

Explica el también responsable a nivel nacional de Frutas y Verduras de COAG que las exportaciones de pimientos a Estados Unidos «se basan en un protocolo anual renovable» en el que la autoridad sanitaria estadounidense exige «unos criterios sanitarios bastante estrictos en cuanto a envasado, toma de muestras, etcétera. No es sencillo exportar a Estados Unidos fruta y hortalizas frescas. Hace años se exportaban también tomates de Almería, pero se abandonó porque no traía cuenta». 

El cierre de 2023

En 2023 sí existió alerta sanitaria, debido a la plaga de la mosca del Mediterráneo, detectada en tres o cuatro ocasiones en 2022: aquella campaña se paralizó y no se exportó ni un pimiento hasta enero de 2024, cuando se cumplieron «estrictamente los parámetros, porque inmediatamente nos pusimos a trabajar para implementar las medidas nuevas», dice Luis Miguel Hernández, gerente de Coexphal, que aglutina a los productores almerienses.

La facturación no es mucha. Si en 2018 se batió el récord de facturación (8 millones de euros) los datos, hasta octubre de 2024, ascienden a 2,5 millones de euros.»No es mucho, pero hay que cuidarlo», valora Hernández. El gerente de la asociación de organizaciones de productores de frutas y hortalizas de la provincia de Almería subraya además que octubre de 2024 «vinieron a Almería dos inspectores estadounidenses para ver nuestros avances».

Pero este 15 de enero «el gobierno estadounidense lanzó un teletipo en el que prohibía los pimientos. «No solo no dieron explicación alguna, sino que cerraron las exportaciones. Preguntamos, porque todo, sanitariamente hablando, estaba perfecto, inmaculado. Son pimientos de calidad máxima, y este cierre ha tenido lugar cuando más pedidos tenemos y cuando más esfuerzo hemos hecho para cumplir con los requisitos y con el control de los contenedores».

Así, «nos enteramos de que España estaba negociando con Estados Unidos el nuevo protocolo anual y que cumplíamos y se estaba de acuerdo en el 95% de lo expuesto Pero por ejemplo, ahora han exigido que haya un fondo económico para hacer frente a los viajes de los inspectores sanitarios estadounidenses, y cuando lo vio el Gobierno español, no les gustó». Incide Hernández que «nosotros desde Coexphal nos haríamos cargo como operador de esos 15.000 o 20.000 euros de esos viajes», por lo que confían en que «en uno o dos días» se revierta la situación.

La reputación

La decisión ha tenido lugar en plena campaña de exportaciones, que va de diciembre a abril, y por ello ha caído como un jarro de agua fría en el sector. Estados Unidos solo reconoce, de toda España, dos zonas, Almería y Alicante, para adquirir pimientos. «En Alicante actualmente no exporta ninguna empresa. Las 6 habilitadas de toda España son de Almería».

De diciembre a abril exportan y reciben pedidos que van en aumento. «Luego en mayo ya empiezan a importar pimientos de México, por lo que estos meses es cuando aquñi se reciben más encargos. Tienen lugar de lunes a martes, y a partir del miércoles ven la carga los inspectores, se precinta y se envía en avión, vía Madrid o Lisboa».

No son sólo los costes tangibles los afectados, sino también «la ruptura de los acuerdos comerciales que las empresas tenían con sus clientes estadounidenses, algo que para la reputación del sector es muy preocupante».

Por ello, subraya Luis Miguel Hernández que «nos consta que los importadores estadounidenses también han pedido explicaciones al Gobierno norteamericano». La decisión, por tanto, «nada tiene que ver con Trump, pero es verdad que la administración norteamericana nunca había sido tan tajante«.

Por ello, tal y como está el mercado actual, «con el Brexit y el veto ruso», otras fuentes consultadas del sector abundan en que ahora, con las exportaciones, «no hay que ser beligerantes con Trump«. Por si acaso. 

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