El joven de 18 años Axel Rudakubana, culpable del asesinato de tres niñas en la localidad inglesa de Southport, en elnorte de Inglaterra, el 29 de julio de 2024, fue condenado este jueves a un tiempo mínimo de prisión de 52 años, según estableció un tribunal de Liverpool.
Rudakubana, que no expresó remordimiento tras matar a las menores, se había declarado el lunes culpable de la muerte a cuchilladas de Bebe King, de 6 años, Elsie Dot Stancombe, de 7, y Alice da Silva Aguiar, de 9, y de intentar asesinar a otros ocho menores y dos adultos durante una clase de baile con temática de Taylor Swift en Southport.
Tras el ataque, que provocó una gran conmoción, grupos de extrema derecha reaccionaron con actos de vandalismo en varias localidades británicas después de que se divulgara erróneamente por las redes sociales que el chico era solicitante de asilo, cuando en realidad había nacido en el Reino Unido de padres ruandeses.
Rudakubana probablemente pasará el resto de su vida en la cárcel por los asesinatos de las tres menores, quienes estaban entre los 26 niños que asistieron al evento durante las vacaciones de verano.
También se declaró culpable de 10 cargos de intento de asesinato, así como de producir el veneno mortal ricina y poseer un manual de entrenamiento de Al Qaeda.
Dos de sus víctimas sufrieron «heridas horribles que… son difíciles de explicar como algo que no sea de naturaleza sádica», señaló la fiscal Deanna Heer al Tribunal de la Corona de Liverpool.
El juez Julian Goose calificó las acciones de Rudakubana de «malvadas» y dijo: «Estoy seguro de que Rudakubana tenía la intención firme y determinada de llevar a cabo estos delitos y que, si hubiera podido, habría matado a todos y cada uno de los niños, los 26, así como a cualquier adulto que se interpusiera en su camino».
El juez condenó a Rudakubana en ausencia después de que éste se negara a regresar a la corte, tras haber sido expulsado hasta dos veces de la sala por interrumpir la audiencia.
Goose explicó que la ley no le permitía imponer una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional ya que Rudakubana tenía 17 años en el momento de sus crímenes, pero agregó: «Es probable que nunca sea liberado y que permanezca bajo custodia toda su vida».