Llegaron a Elche en busca de una oportunidad y hasta ahora no han tenido mucha suerte. Estuvieron dos años viviendo de alquiler en la misma zona (avenida de la Libertad hacia Antonio Machado) y, «engañados», se marcharon del piso que pagaban religiosamente. «Los propietarios no respetaron los cinco años que por ley deben darles siempre que no se incumplan los pagos. Ellos no sabían la norma y se marcharon», explica la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Elche, Marga Bernad. «Como los alquileres están intratables y se iban a quedar en la calle, no tuvieron otra opción que confiar en un vecino que se había enterado de su situación y que les dijo que él les alquilaría un piso de su propiedad», explica la responsable de la PAH, que ayer también estuvo en otro caso que acabó con idéntico resultado en Carrús.
Todo parecía normal. «El señor que les iba a alquilar el piso abrió con su propia llave y los dejó pasar. Les pidió 500 euros de señal y les aseguró que esa misma tarde volvería para formalizar el contrato de alquiler. Cogió el dinero y se marchó… Y no ha vuelto», cuenta Bernad, que califica lo sucedido como «una estafa» de las que, por desgracia, ocurren cada vez más en torno al sector de la vivienda. Pocos días después, la familia recibía una orden de desahucio del piso que creían haber alquilado. No iba a su nombre, pero afectaba a su vivienda.
Desde Rumanía en busca de una vida mejor
Lorenzo y Estefanía llegaron a España, desde Rumanía, hace unos años con la intención de darles una mejor vida a sus cuatro hijos, que tienen entre 5 y 13 años de edad. Los dos pequeños, hoy, estaban en el cole. «Los mayores no han podido ir, ya son más conscientes y querían estar junto a sus padres en un momento así, aunque lógicamente les hemos pedido que no estuvieran aquí porque son menores», señala la responsable de la PAH cuando ya pasan 10 minutos de las 12 del mediodía, hora marcada para ejecutar el desahucio. «Hoy no vemos cerrajeros y a penas hay dos policías. Esperamos que se suspenda la medida», especificaba.
La noticia llegaba pasada la una de la tarde. Pero, antes, un miembro de la plataforma advertía de que la Policía Nacional tenía un furgón con agentes al girar una esquina. La vivienda que ocupó -según aseguran «sin saberlo»-, esta familia, se encuentra en una calle, Antonio Pascual Quiles, de una sola dirección de tráfico rordado y que desemboca en la avenida de la libertad. El edificio es antiguo y se aprecia también desgastado. Ellos viven en la segunda planta y en todo el inmueble hay tres pisos y un local.
El notición
Cuando este portavoz de la PAH solicitaba a la gente que votara si resistirían ante un posible desalojo, «siempre pacíficamente», llegaba la buena noticia. Marga pedía silencio para poder escuchar el sonido que venía del otro lado de su teléfono. Todos estaban pendientes hasta que la responsable de la asociación, en voz muy alta, exponía: «¡Suspendido!», a lo que una cincuentena de manifestantes replicaban con un «¡Bieeeeeeeeen!». La responsable de la plataforma informaba de un mes por delante para que la familia pueda encontrar una solución.
Miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Elche protestan en la puerta del edificio donde se tenía que realizar un desahucio, ayer / ÁXEL ÁLVAREZ
Esta vez ni siquiera se presentó la comisión judicial. «La abogada me ha dicho que ha habido un problema con la notificación, pero bueno, lo importante es que contamos con un mes para buscar una alternativa para que esta familia pueda vivir con sus niños. Vamos a ejercer toda la presión posible ante el Ayuntamiento de Elche para que no se queden en la calle y que antes de un mes consigamos que tengan una casa», explicaba Bernad.
Emocionados
Los cánticos proseguían: «¡Lorenzo y Estefanía se quedan!». Y ambos se fundían en un emocionado y emocionante abrazo. Desde primera hora lucían lágrimas en los ojos. La madre no hacía más que mirar a la segunda planta, donde estaban sus dos hijos mayores. Todavía no se expresa muy bien en castellano, pero hacia allí iba su mirada cuando intentaba explicar lo que sentía a los medios de comunicación concentrados junto a su puerta. «De verdad, muchas gracias, sólo pedíamos un plazo para conseguir algo, para buscar algo. Gracias a todos y a Dios que no estamos en la calle. De corazón, muchas gracias«, agradecía. Su marido concretaba: «Gracias por la oportunidad para mis cuatro hijos».