Blanquear los dientes de manera natural es posible con algunos remedios caseros. Una opción es usar carbón vegetal molido, humedecer un algodón en agua y frotarlo en los dientes, luego enjuagar con agua tibia. Para mejorar el sabor, se puede mezclar el carbón con miel líquida, utilizándolo como dentífrico. Otra alternativa consiste en mezclar una pizca de sal fina con media cucharada de bicarbonato y frotar los dientes con esta mezcla, lo que no solo blanqueará los dientes, sino que también fortalecerá las encías. La salvia también es efectiva; frotar los dientes con una hoja de esta hierba una vez a la semana puede blanquearlos, y masticarla aporta desinfección adicional.
Para mantener los dientes blancos y brillantes, se recomienda frotarlos semanalmente con bicarbonato y luego enjuagar con limón. El agua oxigenada aplicada con algodón también puede ayudar a blanquear los dientes. El perborato de sosa, disponible en farmacias, es otro remedio de uso diario. Para eliminar la pátina mate de los dientes, se puede frotar suavemente con corteza de nogal. Además, el polvo de tomillo es un limpiador y desinfectante eficaz para mantener la dentadura en buen estado; si no se encuentra en polvo, las hojas de tomillo machacadas también funcionan.
Masticar apio crudo es un ejercicio beneficioso para los dientes, ya que aporta calcio y fósforo, nutrientes importantes para la salud dental. Incorporar unos trocitos de apio en la dieta diaria es recomendable. Para aliviar el dolor de dientes en los niños, un remedio eficaz es envolver un gajo de naranja en una gasa estéril y enfriarlo en el congelador; el bebé puede morderlo para calmar sus encías mientras recibe vitamina C.
Estos remedios caseros pueden ayudar a mantener una sonrisa blanca y saludable, pero siempre es recomendable consultar a un dentista para obtener asesoramiento profesional y asegurarse de no dañar el esmalte dental con prácticas inadecuadas.