El éxito de Ozempic, el más famoso medicamento entre los agonistas del GLP-1, ha convertido a la empresa que lo fabrica, la danesa Novo Nordisk, en la compañía más valiosa de Europa. Si ese dato no basta para entender la revolución que representa que la nueva generación de fármacos contra la obesidad, el nuevo libro del periodista británico Johann Hari (Glasgow, 1979), ‘Adelgazar a cualquier precio’ (Península), puede ayudar a hacerlo. Hari, autor de ‘bestsellers’ como ‘El valor de la atención’, compara en esta entrevista el impacto de Ozempic con el del dominio del fuego o la píldora anticonceptiva. Él lleva dos años tomando el medicamento.
Hoy es su cumpleaños. ¿Comerá tarta para celebrarlo?
No, ya no puedo comer tarta. Es una locura, es un sentimiento increíble. Es rarísimo, porque cuando pensamos en dietas sabes que cuando estás haciendo una te apetece ir a Kentucky Fried Chicken, o una tarta, pero estas nuevas drogas no funcionan así. Simplemente no quieres comer esas cosas. Nunca olvidaré el segundo día después de empezar a tomar Ozempic. Estaba tumbado en la cama y pensaba: ‘Siento algo muy extraño’. No tenía hambre. No me había pasado en la vida. Fui a un restaurante, entré y pedí lo que suelo pedir todas las mañanas. Un ‘roll’ de pollo enorme, con mayonesa. Y esa mañana tomé tres bocados y no tenía más hambre.
Según las autoridades españolas, la obesidad no es una enfermedad. ¿Está de acuerdo?
Es complejo. Si tienes obesidad tienes muchas más posibilidades de desarrollar enfermedades graves. Así que puede que no lo sea, pero hace más probable que desarrolles otras enfermedades. Yo escribí el libro porque estaba a punto de cumplir los años que tenía mi abuelo cuando murió de un ataque al corazón. Yo había sido obeso durante la mayor prte de mi vida adulta. No quería pensar en las consecuencias de la obesidad. La persona media que toma Ozempic pierde un 15% de su peso. La próxima generación de estos medicamentos, que estará disponible este año, permitirá perder hasta un 24%. Una parte de los niños en España tiene obesidad, y la cifra se está incrementando. Tenemos que comparar los riesgos de la obesidad con los de tomar este fármaco. Me da un poco de vergüenza admitir que lo que más me alarmó era la evidencia de lo mala que es la obesidad para uno: riesgo de cáncer, ataques al corazón, demencia, diabetes de tipo 2.
Una de las palabras clave del libro es “saciedad”. ¿Por qué cree que llevamos 40 años consumiendo unos alimentos que erosionan nuestra sensación de saciedad de manera sistemática?
Estos nuevos fármacos te devuelven tu sentido de la saciedad. Me di cuenta cuando empecé a tomar Ozempic de que no recordaba haberme sentido lleno en mi vida. Un 20% de la población americana está tomando el medicamento, en España no tardará en ocurrir. Es una revolución enorme. Es un poco como la píldora contraceptiva. Recomiendo a los lectores españoles ‘googlear’ fotografías de playas en España del año en que nací, 1979. Se darán cuenta de que no tienen el mismo aspecto que nosotros. Todo el mundo era flaco. Ha habido una explosión de obesidad en gran parte del mundo desarrollado. La obesidad siempre había sido rara, y en nuestra época se ha triplicado. La causa es que hemos pasado de comer comida fresca a comida procesada y ultraprocesada, construida a base de químicos en fábricas. La comida procesada y ultraprocesada ha creado como una especie de agujero de hambre dentro de nosotros, no sabemos muy bien cuándo parar y por eso comemos de más.
En las fotos de las playas españolas de 1979, todo el mundo era flaco. Ha habido una explosión de obesidad en gran parte del mundo desarrollado
¿Por qué dice en el libro que se sentía un estafador cada vez que se inyectaba Ozempic?
Cuando yo empecé a tomarlo, ya estaba claro que si eres obeso mejora mucho tu salud. Pero yo sentía que hacía trampa. Creo que está muy profundamente relacionado con cómo pensamos en la obesidad. En el siglo VI el Papa Gregorio I puso la gula entre los pecados capitales. Está profundamente arraigada en nuestra cultura la idea de que estar gordo es un pecado. Mi libro lo ha patrocinado mucho Oprah Winfrieh, y la gente la aplaudía cuando ella hacía dieta, pero cuando admitía que tomaba estos medicamentos le decían que hacía trampa. La obesidad no es un pecado. El motivo por el que en Japón no hay obesidad y en España sí no es que en España sean más pecadores. Tenemos que desafiar estas ideas antiguas y pensar en la obesidad e una manera más compasiva e integente. Todos hemos sido criados en una especie de trampa, y estos fármacos son una puerta de salida con riesgos.
¿La acción principal de Ozempic se produce en el cerebro o en el intestino?
Es desconcertante. Sabemos que estos fármacos funcionan, pero en gran parte no sabemos por qué. Si comieras algo ahora, tras un rato tu páncreas producirá GLP-1, que son los frenos naturales a seguir comiendo, pero solo permanecen en tu sistema solo unos minutos. Y estos medicamentos hacen que se queden una semana. Al principio, creíamos que estos fármacos funcionaban en el intestino. Pero los científicos han descubierto que también hay receptores de GLP-1 en en cerebro. Queda cada vez más claro que estos fármacos te cambian también el cerebro. Es como si fuera una transformación mucho más íntima.
Aunque insiste en que no quiere tomar partido, ¿le preocupa haber dado una visión demasiado positiva de Ozempic en su libro? ¿Cree que puede perjudicar el movimiento de positividad corporal?
Estos medicamentos tienen beneficios enormes y riesgos bastante tenebrosos. En el libro hablo de 12 grandes riesgos. Cáncer de tiroides, depresión, cómo se relaciona con la anorexia… Hay una serie de riesgos que hay que sopesar contra el riesgo de estar obeso. Estos fármacos son tan potentes que pienso en ellos como si fueran la capacidad de controlar el fuego. Es maravilloso y peligroso. Es un momento rompedor muy potente, es una invención tan potente que se va a usar para hacer el bien y para hacer el mal. Todo el mundo que piensa en tomar estos fármacos tendrá que sopesar estos riesgos. La dieta y el ejercicio solo funcionan a largo plazo para un 15% de la gente, y para el resto hay que pensar en una solución. Yo estoy muy a favor del movimiento de positividad corporal. El ‘body shaming’ es totalmente contraproductivo, no se consigue que la gente se cuide mejor haciéndoles odiar su cuerpo. Si los insultos solucionaran la obesidad no habría obesidad. Pero no es cierto que la obesidad no tenga ningún efecto en tu salud. La ciencia es implacablemente clara.
La dieta y el ejercicio solo funcionan a largo plazo para un 15% de la gente, y para el resto hay que pensar en una solución
En algún momento compara las industrias tabacalera y alimentaria. ¿Cree que tienen conexiones en su manera de actuar y que han hecho un daño similar a la sociedad?
Sí. Creo que hay una conexión muy cercana. Hace poco vi una foto de mi madre fumando cuando ella tenía 10 años, y otra en la que apoyaba el cenicero en mi tripita de bebé. Cuando le enseñé esa foto me dijo que es que yo era un bebé muy difícil. Dentro de 30 o 40 años probablemente echemos la vista atrás y veamos dar comida procesada a bebés con la misma repulsión y el mismo alarmismo. Las consecuencias sobre nuestra salud son enormes. La solución a la obesidad largo plazo no está en estos fármacos. Durante la investigación para mi libro fui a Japón, que es el único país que se ha enriquecido sin engordar. Tienen un 4% de obesidad. La solución es que sigamos el camino de Japón con la alimentación, pero para las personas como yo es demasiado tarde. Yo he comido montañas de comidas ultraprocesadas. Gente como yo tenemos que elegir.
¿Cuánto tiempo lleva tomando Ozempic? ¿Cuántos kilos ha perdido? ¿Lo seguirá tomando?
Lo tomo desde hace dos años. He perdido 2,5 ‘stones’ (casi 16 kilos). He decidido seguir tomándolo porque hay muchos antecedentes de enfermedad cardiovascular en mi familia. Pero también me gusta ser más delgado, voy a ser sincero. Seis meses después de empezar a tomarlo, el jardinero tío bueno me tiró los trastos.
Dentro de 30 o 40 años probablemente echemos la vista atrás y veamos dar comida procesada a bebés con la misma repulsión que ahora vemos cuando se fumaba junto a ellos
¿Cree que algún día habrá un medicamento que sirva para luchar contra todas las adicciones?
La respuesta sincera es que no lo sé. Sabemos unas pocas cosas. Sabemos que mucha gente que toma Ozempic dice que cuando toma el fármaco también deja de fumar, beber alcohol, usa menos otras drogas. Hay muchos estudios en marcha, veremos la respuesta. El escenario más optimista, que no es inconcebible, es que en realidad estos fármacos no actúen sobre la pérdida de peso, sino que aumenten el autocontrol en general. Pronto lo sabremos. Creo que las adicciones sinceramente son tan complejas que tengo un cierto escepticismo. Pero sería un gran regalo a la humanidad.